Page 46 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza
Chanchán, por dos ocasiones y la radio teatralización de la ‘Guerra de
los dos mundos’ que se emitió en Radio Quito, que conmocionó a la
capital, desembocando en una tragedia.
Recuerdo que con mi amigo, Oswaldo Hidalgo no podíamos dejar
pasar este acontecimiento y fuimos a contratar un taxi en la Plaza del
Teatro para que nos lleve a conocer personalmente a los marcianos,
que supuestamente estaban a la altura de Cotocollao. No faltaron los
chismosos que fueron a contarle mis intenciones a mi papá, que de un
grito nos llevó a la casa.
La población de Quito estaba resentida, después de conocer que sólo
era una radio teatralización. El miedo y el temor se transformaron en
una ira incontenible y el populacho se dirigió a quemar Radio Quito
que funcionaba en los altos del edificio donde operaba el Diario El
Comercio, propiedad de la familia Mantilla. Yo miré el incendio a pocos
metros de distancia. Allí murieron quemadas más de 40 personas, entre
ellos el ‘Perfecto’ Alvarado, un gran violinista que en un momento de
necesidad le empeñó el violín a mi papá. Después de su fallecimiento,
les llamó a los deudos y les entregó el valioso instrumento musical.
Ese año también se registró el terremoto de Ambato que se produjo
el 5 de agosto, aproximadamente a las 2 y media de la tarde. Esa vez,
pero solo, también fui a contratar un taxi a las 5 de la tarde para
marcharme a la capital del Tungurahua. Volvieron a avisarle a mi papá
y como dice el dicho: “donde manda capitán no manda marinero”,
tuve que abandonar la idea inmediatamente. El respeto y la obediencia
a nuestros progenitores nos formó con una gran calidad humana, que
en este tiempo mucha falta nos hace.
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