Page 363 - Mahabharata
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5. El consejo                                                                            343


               estar confusas, pero deben reconsiderar su conducta. Ese es mi propósito. El tiempo
               que Duryodhana deba gastar en convencerles y atraerles de nuevo hacia su modo de

               pensar, será precioso para nosotros. Podemos lograr mucho durante este receso que se
               nos concede. Pienso que es lo mejor que se puede hacer en estas circunstancias. Dependo
               de ti para hacerlo todo de acuerdo con las reglas del Dharma y el buen obrar.
                   El embajador fue enviado a Hastinapura. Al mismo tiempo, los pandavas al igual que
               Drupada y Virata estaban enviando mensajeros a todos los reyes poderosos pidiéndoles
               que se pusieran del lado de los pandavas en la guerra, si la hubiera. Arjuna fue a
               Dwaraka para pedir ayuda a Krishna. Los espías de Duryodhana le hablaron del viaje de
               Arjuna a Dwaraka y Duryodhana fue aconsejado por Sakuni para anticiparse a Arjuna.
               Por eso, Duryodhana se hizo con los más rápidos corceles que pudo reunir y llegó a
               Dwaraka antes que Arjuna. Arjuna llegó poco después. Ambos se encontraron en el
               vestíbulo junto a los aposentos de Krishna. Duryodhana estaba contento de haber llegado
               primero. Sonrió a Arjuna y le dijo:
                   —Parece que ambos tenemos en mente la misma esperanza, dado que hemos inten-
               tado llegar a Dwaraka rápidamente; pero, evidentemente, he sido más afortunado que
               tú. Llegué antes y es justo que Krishna me ayude a mí por llegar primero.

                   Arjuna dijo:
                   —No importa quién llegó antes o después. Debemos esperar y ver a quién desea
               prestar su ayuda Krishna. Hemos llegado los dos. Depende de quien conoce nuestros
               méritos el decidirlo todo. No estoy preocupado.

                   Satyaki llegó allí y dijo:
                   —Krishna está durmiendo. Si esperáis hasta que se levante, le podréis ver. —Clavó
               sus ojos como dagas en Arjuna como diciendo: « Mira lo que has hecho. ¿No podías
               haber llegado antes? Vas y lo echas todo a perder permitiendo que esta odiosa persona
               venga a pedirle a Krishna primero. »

                   Arjuna le sonrió y pasó a los aposentos de Krishna. Duryodhana entró precediendo
               a Arjuna. Krishna estaba durmiendo. Duryodhana se acercó orgullosamente al lecho y
               se sentó en un hermoso asiento que había junto a la cabecera. Arjuna, que venía detrás
               de Duryodhana, se quedó a los pies de la cama y permaneció a los pies de Krishna con
               las manos juntas y los ojos cerrados. Su mente estaba serena. Estaba en presencia de
               Krishna. ¿Cómo podían venir a su mente pensamientos perturbadores?
                   Krishna despertó de su sueño y sus ojos se posaron sobre Arjuna. Se levantó después
               de sonreírle y se dio cuenta entonces de la presencia de alguien más. Se dio la vuelta y
               miró en dirección de la cabecera del lecho y vio a Duryodhana. A ambos los recibió con
               palabras llenas de afecto. Quería saber las razones de su venida. Duryodhana habló con
               voz amable y segura. Le dijo:
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