Page 367 - Mahabharata
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5. El consejo                                                                            347


                   —Puedo ver el astuto cerebro de Sakuni detrás de esta prisa de nuestro amigo
               Duryodhana. Sakuni sabe que mi amistad le es muy necesaria a los kurus, por eso me ha

               enviado a Duryodhana, pero este hombre ignorante no sabe que a él le ha sido otorgada
               la cascara de la fruta y que Arjuna se ha quedado con la pulpa. Es todo obra del destino.
               Estoy contento de haberme evitado la incomodidad de decir « no » a Duryodhana, por el
               retraso de la llegada de Arjuna. Si no hubiera visto a Arjuna primero no sé qué hubiera
               hecho.
                   Satyaki dijo:
                   —Sé lo que hubieras hecho. Le habrías dicho que ya habías decidido ayudar a los
               pandavas y que no aprobabas las acciones de los hijos del rey ciego. Se te ahorró el tener
               que pronunciar estas francas palabras, eso es todo; te conozco, Krishna.
                   Krishna sonrió y dijo:

                   —Hoy todo el mundo parece conocerme, excepto yo. Arjuna dijo « Te conozco »
               y ahora tú también dices « Te conozco ». Y esta mañana temprano, cuando mi señor
               Balarama y yo estuvimos discutiendo sobre la guerra, me dijo: « Te conozco, Krishna.
               Eres partidario de que esta guerra tenga lugar. Has decidido la muerte de Duryodhana y
               Radheya. No quiero pelear contra ti. No puedo permitírmelo. En lo que a mí respecta, no
               me importa lo que les suceda a los pandavas o a los kurus. Sólo lo siento por Duryodhana,
               es un buen chico, es su horrible padre quien le ha llevado a este estado. Él tiene muchas
               nobles cualidades. Pero eso no perdurará en la memoria del mundo de los hombres.
               Ellos sólo recordarán el juego de dados y el exilio de los pandavas. Me hubiera gustado
               que alguien como yo hubiera ido a Hastinapura. Se envió a la persona incorrecta. De
               cualquier forma los dados han sido arrojados de nuevo. Esta vez han sido desfavorables
               a los kurus. Sakuni manejó una vez los dados trucados, pero esta vez los dados los
               has manejado tú, Krishna, y están tan trucados como los de Sakuni. Conozco bien
               los destinos que aguardan a los pobres Duryodhana y Radheya. Vas a jugar con esos
               kshatryas como títeres. Sé lo que va a suceder. Te conozco, Krishna, no lo discutamos
               más. Voy a permanecer alejado de esta guerra. » Satyaki, Balarama no está nada contento,
               pero no estoy de acuerdo con él. No es justo quedarse a un lado y ver cómo se comete una
               injusticia. Hay veces en que una intervención activa es necesaria. A los hijos del pecador
               Dhritarashtra no se les podrá permitir seguir así. La hora del ajuste de cuentas ha llegado.
               Deben sufrir por sus pecados y no lo siento por ellos. Es cierto lo que dijo Balarama, es
               verdad que esta falta de Duryodhana ha eclipsado todas sus buenas cualidades. Pero eso
               no significa que Yudhisthira, el más noble entre los hombres, deba sufrir y sufrir para
               siempre. Lo que Duryodhana les ha hecho a los pandavas y a la orgullosa Draupadi, no
               puede quedar sin castigo. El juramento de Bhima no puede dejar de cumplirse. Estas
               cosas han sido predestinadas. Depende de nosotros cerciorarnos de que los pandavas
               ganen esta guerra. La idea de la guerra me es tan odiosa a mí como a Yudhisthira. Trataré
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