Page 370 - Mahabharata
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                   —Cuando pienso en la guerra, no me preocupa nadie excepto Radheya. Él ha sido
               siempre el rival de Arjuna. Cuando la pelea entre Arjuna y Radheya tenga lugar, se te

               pedirá que seas su conductor. Tu habilidad es equiparable a la de Krishna en el arte de
               conducir un carro en el campo de batalla. Cuando tenga lugar este duelo predestinado
               entre Radheya y Arjuna, debes proteger la vida de mi Arjuna. Si realmente nos aprecias
               debes desalentar a Radheya. Eso condicionará mucho su estado de ánimo. Debes
               compararle con Arjuna convenciéndole de que Arjuna es mejor guerrero que él. Sé que
               es impropio pedirte esto, pero debes hacerlo, tengo miedo de Radheya.
                   Salya le dijo:
                   —Yudhisthira, te prometo hacer lo que pueda para ayudar a Arjuna en el duelo entre
               los dos rivales. Ridiculizaré a Radheya y le haré perder su confianza. Puedes estar seguro
               que te prestaré esa ayuda. Los sufrimientos de Draupadi y de los hijos de Pandu no
               quedarán sin venganza. Tus días de sufrimiento pronto acabarán. Gobernarás la tierra,
               yo te bendigo de todo corazón. Ganarás esta guerra.
                   Salya dejó a los pandavas y fue a Hastinapura. Su corazón estaba apesadumbrado.
               Apreciaba a los pandavas y no le agradaba pelear contra ellos.
                   Los aliados habían comenzado a llegar a ambas partes. Muchos fueron a Upaplavya.
               El primero en llegar fue Satyaki con un akshauhini. El siguiente fue Dhrishtaketu, el
               rey de los chedis, con un akshauhini. La siguiente llegada fue la de Jayatsena, el hijo de
               Jarasandha, con otro akshauhini. Los siguientes fueron los cinco hermanos Kekaya con
               un akshauhini. Drupada vino después trayendo también un akshauhini, le acompañaban

               sus hijos, Sikhandi, Dhrishtadyumna y los hijos de Draupadi. Virata vino con otro
               akshauhini, con él venían sus hijos y hermanos. El rey de Pandya y Nila, y el rey de
               Mahishmati, vinieron con sus ejércitos, que sumándolos todos formaban otro akshauhini.
               Así pues, sumando todos los ejércitos sumaban siete akshauhinis. Su ejército cubría la
               tierra. Parecía como si el mar hubiera olvidado los límites que le fueron impuestos y
               hubiera penetrado en la tierra.
                   Hastinapura, por otra parte, se estaba llenando también con los ejércitos de los aliados
               de Duryodhana. Bhagadatta con un akshauhini, fue el primero en llegar. Luego llegó
               Salya con otro akshauhini. Bhurisravas, Kritavarma, Jayadratha, Sudakshina el rey de
               Kambhoja, Vinda y Anuvinda y los hermanos Avanri, trajeron cada uno de ellos un
               akshauhini. También habían llegado muchos otros, cuyos ejércitos totalizaban juntos tres
               akshauhinis.
                   Contando todas las tropas que habían llegado a Hastinapura, Duryodhana disponía
               de once akshauhinis para hacerle frente a los siete de los pandavas.
                   Las ciudades de Hastinapura y Virata habían sido invadidas por aquellos poderosos

               ejércitos. El ejército de los kurus había acampado a lo largo de las orillas del río Ganges.
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