Page 365 - Mahabharata
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5. El consejo 345
abandonó su presencia después de despedirse de él. Una extraña sonrisa iluminó los
labios de Krishna mientras observaba a Duryodhana lleno de felicidad.
Duryodhana se dirigió a la presencia de Balarama y le contó lo ocurrido. Balarama
dijo:
—Mi querido Duryodhana, habrás oído por tus espías que hablé en tu favor en la
asamblea de la ciudad de Virata. Después, reprendí a mi hermano por ponerse del lado de
los pandavas. Intenté hacerle comprender de que estábamos igualmente emparentados
con ambas partes. Pero Satyaki y Krishna no son imparciales. Ellos van en mi contra.
Ahora me dices que Krishna se ha puesto del lado de los pandavas. Siento oír eso,
no puedo vivir sin Krishna ni un momento. No puedo ponerme de tu parte y pelear
contra mi hermano que es parte de mí. Ya le he dicho a Krishna que no tomaré parte
en esta guerra. Lo siento, no puedo luchar. En cuanto a ti, has nacido en el seno de la
ilustre familia de los grandes kurus. Tú has sido mi gran favorito. Eres bravo, valiente y
orgulloso. Ve y pelea de la forma que corresponde a tu rango y raza, y compórtate como
un verdadero kshatrya. No traigas la vergüenza a la casa que te honra.
Duryodhana abrazó a su guru y dejó la presencia de Balarama con lágrimas en los
ojos.
Balarama estaba muy apenado por aquel desafortunado juguete del destino. El sabía
muy bien cuál sería el destino de este príncipe. Cuando Krishna decidió ponerse del
lado de los pandavas el destino de Duryodhana quedó sellado. Pero la rueda del tiempo
se mueve sin cesar, nadie puede detener su curso. La tierra estaba condenada. Desde
el momento que Arjuna le eligió, Krishna se convirtió en el maestro de ceremonias.
Balarama vio todo esto con su ojo interior, sabía que no serviría de nada pensar sobre
ello y con un gesto de impaciencia, pidió un cuenco de vino.
Capítulo III
ARJUNA LE PIDE A KRISHNA QUE SEA SU AURIGA
D ESPUÉS de que Duryodhana se fuera, Krishna le dijo a Arjuna:
—¡Es una tontería lo que has hecho, amigo mío! ¿Por qué me has escogido a mí,
desarmado como estoy, en lugar de a mi poderoso ejército? Tu mente se ha nublado con
los últimos acontecimientos. Pienso que lo que has hecho no tiene sentido.
Arjuna se rió a carcajadas por largo rato. Le dijo:
—Mi señor, ¿qué me importa lo que suceda en la guerra? ¿Qué me importa quién
pelee en cada lado? Te queremos a ti.
»Tú has sido nuestro guía y nuestro amigo. ¿Crees que no te conozco? Estás inten-
tando probarme. Quiero que cojas las riendas de mis caballos blancos.