Page 369 - Mahabharata
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5. El consejo 349
El pobre Salya no sabía qué decir. Había dado su palabra y tenía que mantenerla. Le
dijo:
—Mis sobrinos Nakula y Shadeva junto con el noble Yudhisthira, me han mandado
llamar, voy con mi ejército a ayudarles. Pero tú te has ganado mi corazón con el amor
que me has mostrado. Te complaceré.
Me pondré de tu lado y pelearé contra mis sobrinos. Pero primero debo ir ante
Yudhisthira y explicarle todo. Quiero verle y darle mis bendiciones. Ha pasado por
muchas dificultades. Debo ir y saludarle. Al rey Duryodhana no le era posible evitar
aquello, y le dijo:
—Ciertamente es justo que vayas; pero, por favor, vuelve pronto y no olvides tu
promesa. Salya dijo:
—No la olvidaré. Puedes volver a tu ciudad. Veré a mis queridos sobrinos y volveré
junto a ti.
Salya se puso en marcha hacia Upaplavya, donde se encontró con los pandavas.
Yudhisthira se le acercó y se postró ante él, luego vinieron los otros hermanos. Salya les
abrazó a todos y les dijo:
—Me alegra encontraros a todos sanos y salvos después de estos terribles trece años.
Estoy contento de ver a la orgullosa Draupadi sana y salva.
Se sentaron juntos y hablaron sobre los recientes acontecimientos. Salya con mucha
delicadeza les hizo saber la promesa que le había hecho a Duryodhana. Yudhisthira
estaba muy disgustado. Pero él era muy justo. Le dijo:
—Comprendo que le concedieras ese don a Duryodhana por la grandeza de tu
corazón. Eso honra a un hombre noble como tú; puedes volver al campamento de los
kurus. Es una desgracia que tengamos que combatir contra nuestro tío por culpa de esta
guerra.
Los ojos de Yudhisthira se llenaron de lágrimas. Salya se sentía muy infeliz por
aquella precipitada promesa que ahora le obligaría a luchar contra los hijos de su difunta
hermana. Su corazón estaba apesadumbrado. Le dijo:
—Me gustaría que esto no hubiera sucedido. Sabéis cuánto os quiero a todos, pero
ahora me siento obligado a hacer algo que va en contra de mis sentimientos.
Yudhisthira le dijo:
—Hay algo que puedes hacer para ayudarnos. No tienes que dejar a Duryodhana y
venirte con nosotros, no es eso lo que tengo en mente. Yo también voy a pedirte un favor
y como tío mío debes concedérmelo.
Salya le dijo:
—Ciertamente intentaré compensarte por este desafortunado incidente.
Yudhisthira le dijo: