Page 395 - Mahabharata
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5. El consejo                                                                            375


               espina dorsal del ejército de los pandavas se habrá roto y caerá al suelo. Incluso puedo
               matar a ese vano y engreído Arjuna.

                   »Padre, fíjate en mi ejército. Tengo al gran Bhishma, quien tiene el don de que sólo
               puede morir cuando lo desee. Él es un ser divino, no es un mero mortal como los demás.
               Fíjate en Drona, él no ha nacido como un hombre ordinario. Es el hijo de Bharadwaja
               Aswatthama, ha nacido por la Gracia de Sankara y no puede morir, ni tampoco Kripa.
               Con estos inmortales de nuestro lado, ¿por qué deberíamos preocuparnos? Cada uno
               de ellos individualmente, puede vencer a los dioses de los cielos. Arjuna no puede
               luchar con ninguno de ellos. Tengo a Radheya, de quien Bhargava dice que es igual
               a Parasurama. Puede que aquí haya gente que esté en desacuerdo conmigo, pero yo
               mantengo que iguala a Bhishma, Drona y Kripa. El abuelo dice que ya no es tan poderoso
               porque donó su kavacha y sus kundalas, pero no es así. Indra le pidió sus pendientes,
               que eran muy hermosos, pero a cambio Radheya consiguió el Sakti de Indra que puede
               matar al más terrible enemigo. ¿Por qué debo preocuparme cuando tengo tanta ayuda?
               Mi abuelo es más que suficiente para matarles a todos. Veo nuestra victoria tan clara
               como la palma de mi mano.

                   »Déjame que dé ánimos a tu desalentado corazón diciéndote los nombres de los
               héroes que lucharán para mí: Bhishma, Drona, Aswatthama, Kripa, Radheya, Bahlika,
               Brihadratha, Bhagadatta, Salya, Sala, Vinda, Anuvinda, Jayadratha, Sakuni y mis her-
               manos conducidos por Dussasana. Tengo once akshauhinis en contra de los siete suyos.
               El futuro no me preocupa en absoluto. —Duryodhana habló con gran confianza. Había
               pensado en todo y todos quedaron admirados por su claridad de pensamiento y por
               la contundencia de sus palabras. Duryodhana continuó—: ¿Qué puede hacer Virata,
               cuando tenemos con nosotros a los trigartas? Susarma puede derrotarle una y otra vez.

               La enemistad entre los trigartas y Arjuna es tal que han jurado matarle o morir a sus
               manos. Son los samsaptakas. He considerado la fuerza de nuestro ejército y la del suyo
               y creo que somos mejores en todos los sentidos. Puedes descansar en paz, padre; yo
               ganaré. El rey se volvió hacia Sanjaya y le dijo:
                   —Una pregunta más, Sanjaya. ¿Qué sentimientos tienen sobre la guerra? ¿Tienen
               tantas esperanzas como mi hijo? ¿Están planeando las cosas como nosotros?

                   Sanjaya sonrió tenuemente y dijo:
                   —¿Planeando? Por supuesto que están planeando la guerra. Están muy preparados
               para la guerra aunque, a diferencia de tu hijo, ellos no la quieren, quieren evitarla si
               pueden. Yudhisthira me pidió que hiciera todo lo que pudiera para evitar que estallara
               la guerra. ¿Sabéis lo que dijo?, dijo: « Sanjaya, si todos los intentos fallan, dile esto a
               Duryodhana: “Hemos soportado muchas cosas de ti. Insultaste a nuestra querida reina
               Draupadi. Es por esta razón más que por ninguna otra, por lo que estamos enfadados,
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