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pero aun así no queremos la guerra, sólo quiero que se me devuelva mi reino. Pero
si rehusas entregármelo, entonces, en mi deseo por el bien general estoy dispuesto a
renunciar a mi justa demanda; me conformaré con cinco ciudades. Quiero Indraprastha,
Vrikaprastha, Jayanta y Varanavata. La quinta, te la dejo a tu elección. Quiero riquezas,
porque siempre he querido dar dinero a los brahmanes. Sólo quiero cinco ciudades,
o mejor dicho pueblos. No quiero ver la muerte de mis queridos parientes. ¿Por qué
deberíamos destruirnos los unos a los otros? Que los hermanos vivan. Que los padres y
los hijos no se separen los unos de los otros. Que los pandavas y los kurus vivan juntos
y felices. Buscando el bien común, estoy dispuesto a abandonar mi reino. Pero debo
tener la seguridad de que me darás estas cinco ciudades. Quiero la paz. No quiero ser la
causa de la muerte de dieciocho akshauhinis y de todos los héroes de nuestra tierra.” »
Duryodhana, Yudhisthira es un buen hombre, él me dijo: « No tenemos secretos para
nadie, tienes plena libertad para examinar nuestro ejército y hacer todas las preguntas
que quieras. No te pondré objeción alguna. Por favor, vuelve y diles a Bhishma y a
Dhritarashtra que disuadan a Duryodhana advirtiéndole contra la guerra. » Paseé entre
sus filas, dije ante sus guerreros quién era y les pregunté los planes de los pandavas. Me
lo contaron todo. Tienen el sentimiento de que lo más probable es que Dhrishtadyumna
será el comandante en jefe del ejército, pero tendrá que decidirse en una asamblea.
»Cada uno ha elegido un oponente con el que luchar en la guerra: Bhishma ha
sido elegido por el gran Sikhandi. El mayor de los pandavas ha decidido matar a Salya;
Duryodhana y sus hermanos serán la tarea de Bhima; Arjuna se ha quedado con Radheya,
Aswatthama, Jayadratha y los reyes que vengan en su ayuda. Los poderosos hermanos
Kekaya han decidido matar a sus primos que se han unido a Duryodhana. Los malavas
y los salvas han decidido luchar contra los trigartas. Puede que no puedan matarles,
pero están determinados a castigarles tanto como puedan. El rey Brihadbala de Kosala,
los hijos de Duryodhana y nuestro Dussasana han sido elegidos por Abhimanyu como
sus víctimas. Los hijos de los pandavas van a apoyar a Dhrishtadyumna en su lucha
contra Drona. Él va a matar al gran acharya. Chekitana tiene esperanzas de encontrarse
con Somadatta en un combate singular. Satyaki ha puesto sus ojos sobre Kritavarma,
no puede perdonarle que se una a los kurus. Shadeva, por supuesto, tiene decidido
matar a Sakuni. Por su parte Nakula ha elegido a Uluka, el hijo de Sakuni. Este es el
esbozo general de sus planes. Habrá muchas alteraciones cuando ocurra la guerra, pero
lo tienen todo listo.
Dhritarashtra comenzó a gemir de nuevo y su hijo se sintió muy molesto. Dijo:
—Mi querido padre, por favor, no pierdas confianza, yo soy más poderoso. ¿No
puedes ver que incluso ahora ya están empezando a tener miedo?
A Dhritarashtra aquello no le convencía, sabía que lo que había dicho Sanjaya era
verdad y dijo: