Page 403 - Mahabharata
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5. El consejo                                                                            383


               quería preparar tu mente y alegrar tu corazón, por eso te hablé así. Ahora puedo irme
               sin miedo.

                   Bhima se apaciguó. Arjuna dijo:
                   —Krishna, Yudhisthira te lo ha dicho todo; estoy de acuerdo contigo. Tengo el mismo
               sentimiento que tú. No habrá paz. Debes hablar de tal modo que no se ofenda la dignidad
               de nuestro rey Yudhisthira. Aunque también sé otra cosa; ocurrirá lo que tú quieras
               que suceda. No hay nada imposible para ti. Puedes hacer que la gente haga lo que tú

               quieras que hagan. Se hará tu voluntad, no me preocupa el futuro. Si crees que debe
               evitarse la guerra con toda seguridad puedes hacerles pensar lo mismo a ellos, incluso a
               Duryodhana. Si crees que merecen morir para limpiar así la tierra, también lo lograrás.
               Tú sabes lo que es mejor para el mundo y para los pandavas. El futuro de los pandavas
               está en tus benditas manos. Haz lo que quieras con nosotros. Nos sentimos felices de
               sólo pensar que estás con nosotros.
                   Krishna le contestó:

                   —Arjuna, no tienes razón. Sé que el destino es más poderoso que todo el trabajo de
               un hombre. Sólo puedo tratar de convencerles de que sean justos. Estás equivocado
               al pensar que puedo hacer que hagan cualquier cosa; ellos no son como barro en mis
               manos. ¿Cómo puedes esperar algo bueno de esa gente ? Duryodhana ha elegido
               deliberadamente el camino del mal que conduce a la condenación. No puedo hacerle
               entrar en razón, Duryodhana y sus aliados están condenados. No puedo hacer un
               milagro para salvarles, está más allá de mi poder. Voy porque no quiero que el mundo
               culpe a Yudhisthira que es el más justo de todos los hombres. —Los ojos de Krishna
               estaban rojos y húmedos por la emoción de su corazón.
                   Nakula dio su opinión, diciendo:

                   —Ya has oído las palabras de mis hermanos. Te diré lo que siento. Te pido que
               hagas lo que creas adecuado. Los pensamientos del hombre cambian de acuerdo a las
               circunstancias. Teníamos ciertas ideas y pensamientos cuando estábamos en el bosque.
               Allí vivíamos como rishis y no pensábamos mucho en el reino que habíamos perdido.
               Entonces no significaba mucho para nosotros. Cuando estábamos en Virata, nuestros
               pensamientos sólo cambiaron al final del exilio, al final del año, y al final de nuestras
               penurias. Pero ahora que ha acabado todo, los pensamientos del reino que perdimos
               predominan en nuestras mentes. Hemos decidido que debería devolvérsenos nuestro
               reino y con tu ayuda hemos reunido siete akshauhinis. Ahora estamos preparados para
               luchar por nuestros derechos. Dile a Duryodhana, primero gentilmente y luego con
               términos duros, cuáles son nuestras condiciones. Amedréntalo con el tamaño y poder
               del ejército que hemos reunidos. Hazle oír los nombres de los héroes que se han reunido
               para ayudarnos. Seguramente se amedrentará. ¿Quién se atrevería a enfrentarse a todos
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