Page 424 - Mahabharata
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                   —Pero Krishna, en realidad no lo lamento, tengo una madre amorosa y encantadora,
               nadie puede ser como ella. Ella está orgullosa de mí, pero, ¿para qué hablar ahora de mi

               nacimiento y de mi madre? Eso está muerto y enterrado en el lejano pasado, hablemos
               del presente.
                   Krishna le sonrió y miró a Radheya con gran afecto y compasión. Sus ojos estaban
               húmedos y su voz era muy dulce, le dijo:
                   —Radheya, tienes razón, tu madre fue una dama de alto linaje. Cuando naciste tuvo
               que abandonarte porque tenía miedo de la censura del mundo. Era una princesa y ahora
               tiene más de un hijo, pero su corazón está vacío, sólo piensa en ti, el hermoso hijo nacido
               con el kavacha y los kundalas a quien abandonó hace mucho tiempo. Su corazón sufre
               por ti.

                   Radheya estaba sorprendido de oír esto y dijo:
                   —¡Pero eso significa que no soy un sutaputra!, ¡soy un kshatrya! ¿puede ser eso
               verdad?, hablas como si supieras quién es mi madre. Krishna, ¿la conoces?, ¿está viva?,
               ¿puedo verla?. Cuéntamelo todo, estoy ansioso de conocer quién soy. Por favor, no me
               mantengas en vilo.
                   Krishna tomó las manos de Radheya entre las suyas y le hizo sentarse; le dijo:

                   —Radheya, prepárate para oír la verdad. Tu madre es la madre de cinco hijos; cinco
               héroes, como no los hay iguales en este mundo entero.
                   El corazón de Radheya latía rápido y respiraba entrecortadamente. Y dijo:
                   —¡Cinco hijos! ¡Cinco héroes que no tienen iguales en el mundo entero! ¿Supongo,
               supongo que no te referirás a los pandavas?

                   Su cuerpo estaba temblando de emoción mientras miraba a Krishna. Krishna, que
               trataba de hablarle tan suavemente como podía, le dijo:
                   —Sí, Radheya, son los pandavas. Los pandavas son tus hermanos y Kunti es tu
               madre, tú eres su hijo mayor. Tu nacimiento ocurrió antes de que se casara con Pandu.

                   Radheya suspiró:
                   —Y mi padre, ¿quién es mi padre? Por favor, dímelo.
                   Krishna le dijo:
                   —Ese dios al que adoras cada día, ese dios al que has elegido como tu ishtadaiva, ese
               Surya es tu padre.

                   Radheya se desmayó. Pasado un tiempo Radheya volvió en sí, giró sus patéticos ojos
               hacia Krishna y le dijo:
                   —En verdad, soy el más desafortunado de todos los seres. Surya es mi padre, la
               gran Kunti es mi madre, los cinco pandavas, el noble Yudhisthira, el poderoso Bhima,
               el caballeresco Arjuna, el hermoso Nakula y el sabio Shadeva son todos mis hermanos
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