Page 429 - Mahabharata
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5. El consejo                                                                            409


               guerra. No es necesario oír nada más; voy a luchar y será una guerra como no ha habido
               ninguna otra hasta ahora. Krishna, una vez dijiste que la tierra está sedienta de la sangre

               de estos pecadores, mejor dicho, esas horribles bestias. No puedo esperar. Comencemos
               la guerra inmediatamente. No puedo esperar ni un momento más.
                   Bhima se emocionaba oyendo las palabras de su querido hermano. Corrió hacia
               Yudhisthira y le abrazó, arrojó su maza al cielo y gritó:
                   —¡Guerra! ¡Guerra! Nada puede impedir la guerra ya. Nadie puede salvar a los
               hijos del anciano rey de mi furia. ¡Arjuna, la sangre de Radheya enrojecerá las arenas de
               Kurukshetra muy pronto! ¡Shadeva, te veré matar a ese odioso Sakuni! ¡Krishna, siento
               como si hubiera bebido el vino de los dioses! ¡Me siento tan feliz!
                   Krishna sonreía ante la excitación de Bhima y dijo:

                   —Dejemos Upaplavya. Duryodhana ya ha ordenado a sus tropas que se dirijan hacia
               Kurukshetra. Cuando el hombre es aguijoneado por el látigo del destino, se precipita
               hacia su muerte tan pronto como puede.
                   Duryodhana está planeando pedirle al gran Bhishma que sea su comandante en jefe.
               Estoy seguro de que primero tendréis que luchar con el héroe kuru, lo conocéis muy bien;
               no tengo que hablaros del tremendo oponente que tendremos, incluso desde el principio.
               Bhishma venció a su mismo guru, Bhargava, en el pasado. Sikhandi y Arjuna, preparaos,
               ¡la guerra ha comenzado!

                   Yudhisthira se levantó, y dirigiéndose a todos los reyes que habían venido a ayudarle,
               les dijo:
                   —Todos habéis oído las palabras de mi señor, y habéis visto mis intentos de paz.
               Yo no quería esta guerra, pero se me ha echado encima. Os pido a todos que me
               ayudéis y me dirijáis a través de los difíciles días que se me presentan. Krishna, tienes
               a tu disposición estos siete akshauhinis: Drupada, Virata, Dhrishtadyumna, Satyaki,
               Sikhandi, Chekitana y Bhima; son todos grandes guerreros y pueden encargarse de
               este ejército; debes asignarles sus ocupaciones. Uno de ellos debe ser elegido como
               comandante en jefe. Shadeva, tú eres el más sabio de todos nosotros; primero quiero tu
               opinión sobre quién debería ser elegido como comandante de nuestro ejército.
                   Shadeva le dijo:
                   —Mi señor, todos tienen capacidad para ser comandantes, todos son poderosos; pero

               en mi opinión, Virata, el señor de los matsyas, parece ser el más adecuado para el puesto
               de comandante. Él puede enfrentarse al ejército dirigido por Bhishma, es un soldado
               veterano, creo que es el más adecuado.
                   Yudhisthira se volvió hacia Nakula y le pidió su opinión. Nakula le dijo:
                   —Siento que la persona más adecuada es nuestro Drupada, el rey de los panchalas;
               aprendió a usar el arco del gran Angirasa y siempre ha antagonizado a nuestro acharya
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