Page 426 - Mahabharata
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               llenos de leche cuando me cogió entre sus brazos y se convirtió en mi madre. Siento
               que ella es mi madre y no Kunti. Atiratha sin ser mi padre, me ha dado el afecto de un

               padre, él es mi padre, mi corazón está atado a ellos. No puedo desatar mi corazón de
               esta atadura. Ni toda la riqueza del mundo, ni montañas y montañas de oro, ni ninguna
               nueva alegría, ni el miedo, pueden hacer que me aparte del camino de la verdad. No
               puedo ser falso conmigo mismo, le debo una deuda de amor a Duryodhana y él es mi
               amigo. He seguido un determinado modelo de vida y he forjado mis amistades y mis
               amores, al igual que mis enemistades. Mi amistad con Duryodhana es el acontecimiento
               más grande de mi vida y a continuación sigue mi enemistad con los pandavas. He jurado
               luchar un duelo a muerte con Arjuna en la guerra. Ninguna tentación, por grande que
               sea, puede inducirme a ser falso con mi amigo. Tu tentación es grande, cuelgas frente a
               mí un nombre, gran fama, y la riqueza del afecto de seis almas nobles. Pero no puedes
               tentar a Radheya. Soy muy celoso de mi nombre y de mi reputación. Si no lucho contra
               Arjuna el duelo que prometí, ¿qué será de mi nombre y de mi fama? Sólo me importa
               una cosa: un buen nombre. Sé que tienes razón. Quieres salvarme y por eso quieres
               que vaya contigo. Los pandavas están protegidos por ti y no pueden ser vencidos en
               la guerra. Krishna, sé que Duryodhana es un hombre condenado. Moriré por él, esa
               será mi gloria. No podré tener el afecto de los grandes pandavas, pero yo nunca he
               sido afortunado, he sido la víctima elegida por el destino. El único placer que deseaba
               era tener un duelo con Arjuna, pero tú por tu amor a Arjuna has arruinado mi moral.
               Sabiendo que él es mi hermano menor, ¿cómo puedo luchar contra él? Pero debo luchar,
               Krishna, tú sabías que yo no abandonaría a mi amigo, ¿por qué entonces has tenido que
               decirme hoy el secreto de mi nacimiento? Supongo que debería enfadarme contigo por
               lo que has hecho; sin embargo, no puedo, siento que también estás preocupado por mí y
               por mi felicidad. Si estás real y auténticamente interesado en mi bien y en que consiga
               un buen nombre, ¿me harías un favor?
                   Krishna, que había estado escuchando con la cabeza baja, elevó la vista de repente,
               sus ojos brillaban y conteniendo las lágrimas le dijo:
                   —Seguro que lo haré.
                   Radheya cogió la mano derecha de Krishna entre las suyas y le dijo:

                   —Prométeme que lo mantendrás en secreto hasta mi muerte. Si el noble y recto
               Yudhisthira sabe que soy su hermano, su hermano mayor, no aceptará que el reino sea
               para él, incluso aunque lo gane. Él es un hombre justo, déjale que sea él el rey. Sé que él
               será el monarca de este mundo; tiene a Krishna para guiarle durante toda su vida, tiene
               a Arjuna para que luche por él y su comandante es Bhima. Nakula y Shadeva son los
               jefes guerreros que le escoltan a cada lado; sé que va a ganar.
                   »Nuestra causa está perdida; pero, Krishna, una vida fracasada, del mismo modo
               que el amor no correspondido, tiene su propio arco iris. No puedes tener un arco iris
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