Page 434 - Mahabharata
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               y quizá no, pero mi nombre es Radheya y el nombre de mi madre es Radha, pero, sin
               embargo, ella no es mi madre. No fue ella quien me dio a luz. Mi padre Atiratha me

               encontró flotando sobre el río Ganges. Fue este río el que me llevó hacia mis padres. Mi
               padre me llevó a su esposa Radha y fui entregado a ella como un regalo. Por eso me
               llamó Radheya. Mi verdadera madre, siento decirlo, me abandonó al nacer. Así que
               siempre he sido Radheya. Pero siempre me intrigó cuál era mi verdadero origen, siempre
               que me iba a dormir, me acosaba un mismo sueño: veía a una mujer que iba vestida con
               costosos vestidos, iba vestida como una princesa y su rostro estaba siempre oculto por un
               velo. Yo estaba tendido y ella se inclinaba sobre mí y las cálidas lágrimas de sus ojos me
               quemaban. Yo me levantaba y le preguntaba: ¿Quién eres?, ¿por qué lloras así sobre mí?
               Y ella con una voz entrecortada por las lágrimas me decía: « Lloro por la injusticia que te
               he hecho. Anhelo tenerte, pero tú nunca serás mío, por eso lloro. Sólo puedo hablarte
               en mis sueños, sólo en tus sueños y en los míos. Esta es la única forma en que puedo
               calmar el pulso de mi corazón. » Ella trataba de irse y yo la perseguía; trataba de levantar
               su velo y le gritaba: « ¿Quién eres?, muéstrame tu rostro, quiero verte. No te vayas sin
               responder mi pregunta, ¿quién eres? » Pero esta mujer de mis sueños se desvanecía como
               un fantasma asustado. Esa es la mujer de mis sueños.
                   »Según pasaron los años, la mujer de mis sueños sólo me frecuentaba muy de vez en
               cuando. Ya no se me aparecía tan a menudo y tan vívidamente. Y gradualmente dejó de
               visitarme. Esta mujer dejó mis sueños hace mucho tiempo; creo que era mi madre la que
               a mi venía. Al principio pensaba en mí muy a menudo, y según pasaron los años sus
               pensamientos sobre mí decrecieron; y cuando tuvo más hijos, ya no pensaba o no quería
               pensar en mí. Así es como me he explicado esos extraños sueños, pero tú te pareces
               mucho a esa madre de mis sueños. ¿Quién eres?, ¿qué es lo que quieres?
                   Kunti tenía su cabeza inclinada y no podía mirar a este hijo que nunca pudo ser su
               hijo. No sabía cómo decirle quién era, reflexionó por un momento y le dijo:

                   —Tienes razón, yo soy la mujer de tus sueños, yo soy tu madre. —Se detuvo, pero
               antes de que Radheya pudiera decir una sola palabra continuó—: Soy Kunti, la madre
               de los cinco pandavas; tú eres mi primer hijo.
                   Radheya dijo:
                   —¡Kunti Devi, la madre de los grandes pandavas ha venido a ver a su hijo Radheya
               para pedirle un don! ¿Estoy despierto o estoy dormido? ¡Quizás estoy soñando de nuevo
               y la mujer de mis sueños ha venido de nuevo a mí! —Él la miraba a ella y ella le miraba
               a él. Un momento después estaban abrazados el uno al otro. Las lágrimas de Kunti
               empaparon a Radheya. Él la miró y le dijo—: Después de todo has venido, ¡si supieras
               cuánto he anhelado este momento!, ¡si supieras cuánto he soñado este momento! ¡si
               supieras cuántas veces he vivido en mi mente este momento! He pensado en ti mucho
               más a menudo de lo que tú has pensado en mí. He estado anhelando una mirada de tus
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