Page 441 - Mahabharata
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5. El consejo 421
pandavas. Y le pedí que no se pusiera de ningún lado. Pero ha rehusado escuchar mis
palabras. Yudhisthira, Krishna ha decidido tomar parte en esta guerra por el bien tuyo
y el de tus hermanos; él ha consentido en ser el conductor de Arjuna. Ahora sé que la
victoria es vuestra; cuando Krishna coja las riendas de los caballos blancos de Arjuna,
nadie más puede soñar en ganar. Bhima, yo te aprecio, pero como tú sabes Duryodhana
ha sido mi discípulo favorito y le amo como mi hermano ama a Arjuna, pero no me
pondré del lado de Duryodhana. Yo no puedo vivir sin Krishna, ni puedo unirme al lado
opuesto del de mi hermano; no puedo luchar con mi hermano por culpa de una guerra
entre primos lejanos nuestros. Dejo la guerra y el futuro del mundo en las manos de
Krishna. En cuanto a mí, no puedo soportar la destrucción de la casa de los kurus. Me
iré lejos de aquí, a las orillas del río Saraswati. Que os vaya bien, tenéis mis bendiciones.
El gran Balarama, con sus ojos enrojecidos como el vino, se alejó caminando como un
león hacia su guarida. Se despidió muy cariñosamente de Krishna y se marchó.
Otro gran guerrero vino a ver a Yudhisthira; era Rukmi, el rey de Bhojakata que era
hermano de Rukmini, la esposa de Krishna. Con él trajo un ejército que totalizaba un
akshauhini en número. Yudhisthira, como de costumbre, le recibió cordialmente y le
hizo sentarse. Rukmi le dijo:
—Arjuna, no te preocupes del ejército de los kurus; no tengáis miedo, os ayudaré a
ganar esta guerra. No hay nadie tan grande como Rukmi. Haré lo que quiera que me
pidas en la guerra; quiero asistirte y puedo vencer a todos los héroes del lado opuesto.
»No necesitas aquí a todos estos reyes para que te ayuden. Puedo matar a todos los
héroes kurus yo solo. Cuando los haya matado a todos, te entregaré este mundo como
mi regalo.
Rukmi miró a todos sonriendo para sí mismo. Arjuna observó la expresión del rostro
de Yudhisthira y luego miró a Krishna. Todo el mundo sabía que Rukmi fue vencido por
Krishna, cuando Krishna se llevó a Rukmini y los dos eran enemigos jurados. Pero la
cara de Krishna era complaciente, no dijo nada ni su rostro expresaba nada. Arjuna dijo:
—Escúchame, Rukmi. Por favor, no vengas aquí a hablar de miedo. ¿Quién tiene
miedo aquí, para que vengas y digas « no tengáis miedo »? No me gusta tu actitud. Estos
héroes que se han reunido son todos bravos guerreros y ninguno de ellos se ha expresado
con tales palabras. Nunca hemos tenido miedo. Yo he ganado varias guerras sin la ayuda
de nadie. No necesitas adoptar ese tono patriarcal y decir que ganarás el mundo para
nosotros y nos lo regalarás. No necesito tu ayuda. Puedes irte o quedarte, como más te
guste. No estamos ansiosos por tenerte con nosotros.
Rukmi se fue con su ejército, se dirigió a Duryodhana y le habló en términos similares,
diciéndole cómo le habían tratado los pandavas. El orgulloso monarca kuru también
rehusó la ayuda de aquel fanfarrón.