Page 444 - Mahabharata
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               pero le tengo mucho respeto a nuestro rey Yudhisthira, y porque él me lo ha pedido, he
               aceptado la tarea de conductor.

                   »Puedes agradecerle a Yudhisthira el hecho de que no vaya a luchar en esta guerra;
               pero recuerda, Duryodhana, que aunque sólo sea un auriga, verás cómo voy a dirigir los
               caballos del carro de mi Arjuna. Dondequiera que mires, verás el carro de Arjuna con la
               insignia del mono. Su estampa aterrorizará tu corazón y te robará el sueño. Despierto
               o dormido, me verás a mí y a Arjuna y nada más. Verás a Bhima con tus propios ojos
               bebiéndose la sangre de tu querido hermano, tendrás que contemplar impotente, la
               expresión de los ojos desesperados de tu hermano, que todavía no estará muerto, cuando
               le veas atrapado en los brazos de Bhima. Haremos todo lo que prometimos hacer. Tú
               rompes tus promesas, pero no los pandavas; recuérdalo. »

                   Bhima dijo:

                   —Uluka, ve y dile al rey que Bhima no ha olvidado su promesa, pídele a tu rey que se
               prepare para ver la muerte de sus hermanos. Verá la muerte de sus hijos y de todos sus
               sobrinos, entonces recordará este mensaje que ha mandado a los pandavas. Me beberé la
               sangre de Dussasana bajo los ojos de Duryodhana, que no podrá salvar a su hermano.
               Que tu rey se esconda dondequiera, yo iré tras él, le romperé su muslo y le mataré. Los
               valientes no repiten sus juramentos para convencerse a sí mismos, hacen lo que han
               jurado hacer. Dile eso.
                   Y Arjuna le dijo:

                   —Tu rey es un hombre de la peor clase. No tiene ningún valor y depende de la fuerza
               y el coraje de otros. Ha nombrado al gran anciano Bhishma comandante de su ejército,
               ¿no se avergüenza de sí mismo? ¿Cómo se atreve a agotar a ese anciano a su edad? Ha
               decidido que el gran kuru, Bhishma, debe morir primero y tendrá que morir; yo voy a
               matarle. Le enseñaré a ese rey tuyo que no somos hombres de palabras, sino hombres de
               acción. Que vea cómo todos los grandes héroes caen uno a uno. Entonces recordará el
               mensaje que nos mandó a los pandavas a través de ti.

                   Habiendo recibido todas las respuestas, Uluka volvió a su rey.
                   Al día siguiente el ejército de Duryodhana se reunió en el campo de Kurukshetra,
               al igual que el ejército de Yudhisthira. La noche había sido muy excitante para ambas
               partes. Duryodhana estaba inmensamente complacido pensando que Bhishma destruiría
               todo el ejército de los pandavas. No les tenía miedo a los cinco hermanos. Estaba seguro

               de que la guerra se acabaría en un día y que no necesitaría otro comandante para su
               ejército. Su abuelo destruiría a los enemigos en un día.
                   Yudhisthira no pudo dormir en toda la noche, se sentía muy infeliz. Todos estuvieron
               hablando durante largo rato. Yudhisthira dijo:
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