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vencer a los pandavas. ¿Quieres saber con qué poder pueden resistirnos a mí y a Drona?
Te lo diré: tienen a Krishna con ellos. Esa es la razón por la que son invencibles. Krishna
es la encarnación del Señor Vishnu y ha nacido en este mundo para destruir el pecado.
El más grande de los grandes camina sobre la tierra de los hombres ordinarios bajo el
nombre de Krishna.
»Los pandavas son hombres que no se han apartado del camino del Dharma ni
siquiera un ápice. Por eso Krishna se ha hecho amigo de ellos y ha asumido la tarea de
salvar a los cinco pandavas y con su ayuda está destruyendo el mal en el mundo.
»Esta tierra recibirá el derramamiento de sangre de todos los monarcas orgullosos
y arrogantes y se purificará por ello. Los pandavas son invencibles. Por favor, que no
te quede la más mínima duda al respecto. Mientras Krishna esté con ellos, nadie puede
herirles. Te pido que consideres su fortaleza una vez más. Detén esta guerra. Estos
cuatro días de lucha te han mostrado cómo va a acabar todo.
Duryodhana escuchó las palabras de su abuelo, se levantó y se fue caminando
lentamente hacia su tienda, con la cabeza baja. Bhishma permaneció sentado durante
largo tiempo. Se sentía apenado por él, porque sabía que Duryodhana trataría de ganar
o morir. Él sería la última persona que pensara en un pacto, especialmente en medio
de una guerra. Estaba celoso de su reputación y no podría soportar que le llamaran
cobarde. Caminaría hacia la muerte, incluso aunque se convenciese de que no debía
haber luchado contra los pandavas.
Tras un suspiro, el anciano se echó con sus ojos humedecidos por las lágrimas, él
tampoco podía dormir. Su mente estaba turbada con muchos pensamientos y volvió a
recordar la escena de la maravillosa forma en que Arjuna luchó con él. Luego pensó en
el valor del joven Abhimanyu y una sonrisa cariñosa iluminó su rostro. De nuevo vio
a Krishna con el chakra en su mano, hubiera sido maravilloso si él le hubiera matado.
Se hubiera liberado antes de lo que había pensado. Pero eso no pudo ser. Su madre
Satyavati le había dicho que no tenía derecho a morir hasta que la casa de los kurus no
estuviera establecida firmemente en el antiguo trono de los pauravas. Eso significaba
que tendría que vivir y ver la muerte de todos. Hasta que Yudhisthira no fuera instalado
como monarca en el trono de los pauravas, no tenía derecho a morir. Tenía que vivir.
Tras exhalar otro suspiro, Bhishma se dio la vuelta en su cama como tratando de dar la
espalda a todos los pensamientos que le preocupaban. Decidió hacer todo lo posible para
apresurar el fin del mundo: todos tendrían que morir, tendría que presenciar la muerte
de todos. Pensamientos sobre Ganga vinieron a su mente y volvió a sentirse de nuevo
como un niño. Se acordó de los días en que ella se sentaba a su lado contándole historias
hasta que se iba a dormir. El recuerdo de los días de su niñez trajo el sueño a sus ojos
fatigados y se durmió libre de todo pensamiento.