Page 548 - Mahabharata
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               cualquier momento del día me oyes soplar mi Panchajanya en la nota Rishabha, ven hacia
               mí inmediatamente. Entonces probaré al mundo cuánto amo a Arjuna. Debo protegerle

               como si fuera mi hermano. Hemos compartido todas nuestras alegrías y pesares. Haré
               todo lo posible porque Arjuna mantenga su juramento. Si veo que no puede hacerlo,
               intervendré y haré lo que sea necesario. Jayadratha debe morir mañana antes de que el
               Sol se ponga.
                   Daruka le escuchó en silencio y levantó la vista cuando Krishna dejó de hablar. Dijo:
                   —Mi señor, Arjuna no puede perder, seguro que tendrá éxito. Tú eres su conductor,
               ¿cómo puede perder? Sin embargo, haré lo que me has pedido que haga, mantendré listo
               el carro.
                   Daruka dejó la presencia de Krishna y Krishna exhaló un suspiro de alivio. Parecía
               como si se hubiera quitado un peso de su mente y se acostó en la cama.

                   Arjuna yacía en su lecho. Durante largo tiempo, sus reflexiones sobre lo que iba a
               ocurrir el día siguiente y la tarea que tenía frente a él, le robaron el sueño. Su mente
               le repetía una y otra vez las palabras de Krishna de que no debería haber pronunciado
               aquel juramento tan precipitadamente. Su mente comenzó a vagar. Esperaba que pudiera
               matar a Jayadratha. Y con estos pensamientos acosando su mente, Arjuna fue arrastrado
               por un sueño turbulento. Su reposo desembocó en su sueño, en el que Krishna se
               introdujo y le dijo:
                   —Arjuna, no te preocupes, ¿por qué te preocupas?, dímelo. La preocupación destruye
               el éxito. Tu preocupación beneficiará a tus enemigos y te debilitará a ti. No dejes que
               esta enfermedad te destruya.

                   Arjuna dijo:
                   —Krishna, he tomado el terrible juramento de que mataré a Jayadratha mañana.
               Debo hacerlo antes de la puesta del Sol. Los kurus han hecho todos los arreglos para
               protegerle. Si no puedo hacer lo que he jurado, el mundo se reirá de mí. Moriré si no
               puedo matar a Jayadratha, no quiero faltar a mi juramento. Eso es lo que me preocupa.
               ¿Podré hacerlo?
                   Krishna dijo:

                   —Arjuna, ¿no recuerdas tu pasupata? Realizaste austeridades para conseguirlo en
               la montaña llamada Indrakila. Lo conseguiste del señor Sankara y debes usarlo contra
               Jayadratha en la batalla de mañana. Para realizar con éxito tu juramento, rézale a Sankara
               en tu mente. Él justificará su nombre y podrás matar a Jayadratha.
                   Oyendo las palabras de Krishna, Arjuna se purificó tocando agua clara con sus manos.
               Se sentó en el sueño, pensó en Sankara y fue hacia él mentalmente. Entonces algo extraño
               ocurrió, Arjuna se vio a sí mismo volando en el cielo con Krishna. Iban viajando más
               rápido que la mente. Su curso era tan recto y veloz como el de una flecha que hubiera
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