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—Tienes razón, Krishna, no puedo permitirme el lujo de perder mi tiempo en este
duelo.
Y le pidió a Krishna que hiciera lo que fuera necesario hacer. Krishna sonriendo giró
el carro, e hizo una pradakshina alrededor de Drona. Arjuna sonrió a su guru y le dijo:
—Mi señor, me tengo que ir.
Sus palabras fueron acogidas por una sonrisa sarcástica de Drona, que le dijo:
—¿Qué veo, Arjuna?, estás huyendo del enemigo sin vencerle. Arjuna le respondió a
voces con una sonrisa:
—Por el momento me es más provechoso pensar en ti como mi guru y no como mi
enemigo. Un padre no puede enfadarse con su hijo, ni un discípulo puede enfadarse con
su guru. Estoy de paso, por favor, desea mi bien.
Las palabras le llegaron a Drona arrastradas por la brisa. Arjuna se había ido muy
lejos dentro del vyuha sin su permiso.
Arjuna había perdido un tiempo valioso en su duelo con Drona y luchó furiosamente,
ya que tenía que recuperar el tiempo perdido. Con él fueron como protectores de las
ruedas de su carro Yudhamanyu y Uttamaujas, los hermanos Panchalas. Desde que
la guerra comenzó, los dos hermanos habían estado siempre con Arjuna. Kritavarma,
Sudakshina el rey de los kambhojas y Srutayus desafiaron a Arjuna. Tenían con ellos
inmensos ejércitos. Drona persiguió a Arjuna, conduciendo la hueste de los kurus que
había venido a desafiarle. La lucha fue el más sorprendente despliegue de valor de
Arjuna y de los héroes del lado opuesto. Arjuna pudo resistir las flechas de Drona
invocando a Brahma. El brahmastra pudo cortar todas las flechas que le había lanzado
Drona. Arjuna pensó en destruir el ejército de Kritavarma y se produjo un duelo entre
los dos. Arjuna sabía que él era uno de los seis hombres que habían asesinado a su hijo y
la furia se veía reflejada en su lucha.
Krishna, que estaba observando, le dijo:
—Arjuna, está pasando el tiempo, no dudes en herir a este hombre, no sientas ninguna
misericordia por él. Olvida el hecho de que es mi primo. Córtale cruelmente en pedazos,
se lo merece.
Pocos momentos después, Arjuna hirió tan gravemente a Kritavarma que éste se
desplomó. El rey de kambhojas sería la siguiente persona a la que se tenía que enfrentar,
esto era más fácil. Luego venía el rey llamado Srutayudha, que era un gran guerrero,
tenía fama de invencible por la famosa maza que tenía. Su ataque fue muy fiero. Al
principio comenzó a hostigar a Krishna y Arjuna. Su maza se la dio Varuna, quien le
había dicho que nadie podría vencerle o matarle mientras tuviera su maza con él. Sin
embargo, si le arrojaba su maza a un hombre desarmado, la maza volvería como un
boomerang y mataría al que la disparara. Srutayudha estaba usando esta maza en su