Page 558 - Mahabharata
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               le había dado Arjuna y esquivaba con mucha habilidad las flechas de Drona. Drona
               estaba sorprendido por el valor de Satyaki y pensó para sí: « Sólo he visto tanto valor en

               Arjuna, en Bhishma, en mi guru Bhargava y en Kartikeya. Satyaki es un gran arquero.
               Este discípulo de Arjuna es tan grande como él. » Drona estaba lleno de admiración por
               Satyaki. El arquero que había en él le admiraba inevitablemente. El número de arcos que
               Drona tuvo que perder ese día era incontable. Todo el ejército había dejado de luchar
               para contemplar el magnífico duelo entre aquellos dos grandes arqueros. Drona lanzaba
               un astra y Satyaki le lanzaba el mismo astra. Drona, que estaba ya muy enojado con
               él, le lanzó el Agneyastra y Satyaki lo contrarrestó fácilmente con el Varunastra, el cual
               extinguió el fuego que estaba emitiendo el astra de Drona. Todos los habitantes del cielo
               se habían reunido para contemplar aquella maravillosa escena.
                   Nakula, Shadeva, Bhima y Yudhisthira acudieron a ayudar a Satyaki, y Dhrishta-
               dyumna y Virata junto con los hermanos Kekaya se unieron a ellos. Por el otro bando
               vinieron Dussasana y varios hermanos de Duryodhana y la lucha volvió a hacerse
               general.


                                                       Capítulo XVI
                                 LOS CABALLOS DE ARJUNA ESTÁN CANSADOS


                    L Sol estaba cayendo lenta pero implacablemente recorriendo su camino hacia el
               E oeste. Arjuna estaba luchando ahora contra el tiempo. Estaba luchando con doble
               vigor del que había mostrado al principio del día. Dondequiera que iba su carro, dejaba
               detrás una estela de destrucción. Era un placer ver la habilidad de Krishna guiando
               los caballos. Ningún otro carro se movía tan rápido como el de Arjuna, bramaba entre
               las filas. Pero los caballos de Arjuna comenzaron a cansarse, habían estado uncidos al
               carro desde por la mañana y ya tiraban del carro con dificultad, estaban sedientos y muy
               cansados. También habían sido heridos por las muchas flechas que les habían lanzado;
               al ser divinos, estos caballos no podían morir, pero estaban cansados. No obstante,

               aún pasaban con valentía entre las filas, pero podía verse que el carro de Arjuna había
               perdido velocidad. Dándose cuenta de ello, los kurus se alegraron mucho. El lugar
               donde estaba situado Jayadratha estaba todavía muy lejos. El Sol había comenzado a
               inclinarse un poco hacia el oeste. Los caballos de Arjuna estaban cansados y no podían
               avanzar rápidamente.
                   Viendo esto los hermanos Vinda y Anuvinda de Avanti fueron a retar a Arjuna
               hostigándole a él, a Krishna y también a los caballos. Arjuna les cortó sus arcos con dos
               flechas, pero ellos cogieron otros arcos y continuaron luchando. Otro día, quizá Arjuna
               hubiera continuado la lucha, pero hoy estaba bajo la tremenda presión del tiempo. No
               podía permitirse el lujo de perder el tiempo luchando duelos. Y lanzándole a Vinda una
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