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le había dado Arjuna y esquivaba con mucha habilidad las flechas de Drona. Drona
estaba sorprendido por el valor de Satyaki y pensó para sí: « Sólo he visto tanto valor en
Arjuna, en Bhishma, en mi guru Bhargava y en Kartikeya. Satyaki es un gran arquero.
Este discípulo de Arjuna es tan grande como él. » Drona estaba lleno de admiración por
Satyaki. El arquero que había en él le admiraba inevitablemente. El número de arcos que
Drona tuvo que perder ese día era incontable. Todo el ejército había dejado de luchar
para contemplar el magnífico duelo entre aquellos dos grandes arqueros. Drona lanzaba
un astra y Satyaki le lanzaba el mismo astra. Drona, que estaba ya muy enojado con
él, le lanzó el Agneyastra y Satyaki lo contrarrestó fácilmente con el Varunastra, el cual
extinguió el fuego que estaba emitiendo el astra de Drona. Todos los habitantes del cielo
se habían reunido para contemplar aquella maravillosa escena.
Nakula, Shadeva, Bhima y Yudhisthira acudieron a ayudar a Satyaki, y Dhrishta-
dyumna y Virata junto con los hermanos Kekaya se unieron a ellos. Por el otro bando
vinieron Dussasana y varios hermanos de Duryodhana y la lucha volvió a hacerse
general.
Capítulo XVI
LOS CABALLOS DE ARJUNA ESTÁN CANSADOS
L Sol estaba cayendo lenta pero implacablemente recorriendo su camino hacia el
E oeste. Arjuna estaba luchando ahora contra el tiempo. Estaba luchando con doble
vigor del que había mostrado al principio del día. Dondequiera que iba su carro, dejaba
detrás una estela de destrucción. Era un placer ver la habilidad de Krishna guiando
los caballos. Ningún otro carro se movía tan rápido como el de Arjuna, bramaba entre
las filas. Pero los caballos de Arjuna comenzaron a cansarse, habían estado uncidos al
carro desde por la mañana y ya tiraban del carro con dificultad, estaban sedientos y muy
cansados. También habían sido heridos por las muchas flechas que les habían lanzado;
al ser divinos, estos caballos no podían morir, pero estaban cansados. No obstante,
aún pasaban con valentía entre las filas, pero podía verse que el carro de Arjuna había
perdido velocidad. Dándose cuenta de ello, los kurus se alegraron mucho. El lugar
donde estaba situado Jayadratha estaba todavía muy lejos. El Sol había comenzado a
inclinarse un poco hacia el oeste. Los caballos de Arjuna estaban cansados y no podían
avanzar rápidamente.
Viendo esto los hermanos Vinda y Anuvinda de Avanti fueron a retar a Arjuna
hostigándole a él, a Krishna y también a los caballos. Arjuna les cortó sus arcos con dos
flechas, pero ellos cogieron otros arcos y continuaron luchando. Otro día, quizá Arjuna
hubiera continuado la lucha, pero hoy estaba bajo la tremenda presión del tiempo. No
podía permitirse el lujo de perder el tiempo luchando duelos. Y lanzándole a Vinda una