Page 565 - Mahabharata
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7. Drona 545
Samba. Tengo en muy alta estima a Satyaki. Le pediré que se una a nuestro bando; él es
suficientemente valiente para ganar esta guerra. » Así habló tu guru y amigo. En cuanto
a mí, Satyaki, no encuentro ninguna diferencia entre tú y mi querido hermano Bhima.
Debes ir inmediatamente a ayudar a Arjuna. No te preocupes por mí, Bhima está aquí
para cuidarme; fíjate cómo Bhima y Dhrishtadyumna están deshaciendo el ejército de
Drona. Estoy muy preocupado por Arjuna, no sé si está vivo o muerto. Pienso que le
acecha el peligro y mi mente está trastornada. Sólo pienso en este moreno y hermoso
hermano mío. Este Arjuna de pelo negro y rizado está en un apuro. Desde que amaneció
el día, ha estado luchando solo. Penetró a solas en el inmenso ejército y esto me preocupa
y no me deja concentrarme en la lucha. Sé que está protegido por Krishna, el Señor
del Universo, y que puede matarles a todos, lo sé. Pero aun así, mi mente me tiene
intranquilo, me aterroriza pensar que le estén fallando las fuerzas. El Sol ha comenzado
a brillar en el oeste. Por favor, ve inmediatamente a ayudar a Arjuna.
Satyaki confortó a Yudhisthira diciéndole:
—Todo lo que dices es cierto. Aprecio más a Arjuna que a mi propia vida y tú me
quieres tanto como a Nakula, Shadeva, Bhima o Arjuna, pero no debo ir ahora. Arjuna es
capaz de enfrentarse a solas con el ejército de los kurus, eso no me preocupa en absoluto,
sólo me preocupas tú. Drona es terrible, y justo antes de partir hacia el frente, Arjuna me
encargó la tarea de protegerte. Tú conoces la promesa de Drona. Hará todo lo posible por
capturarte; hace un rato casi lo consiguió. Debo permanecer a tu lado como una madre
al lado de su hijo. Si te ocurre algo después de mi partida, yo nunca me lo perdonaría y
Arjuna nunca me volvería a hablar después de eso. Exceptuando a Pradyumna, no hay
nadie que me iguale en el arte de luchar con todos los astras divinos que Drona tiene
a su disposición. Por favor, no te preocupes de Arjuna, mi señor. Él está a salvo. En
el momento en que te deje solo, Drona caerá sobre ti como un halcón sobre su presa y
no me atrevo a pensar en lo que puede ocurrir. No hay quien proteja las ruedas de tu
carro. Bhima, Dhrishtadyumna y yo te estamos protegiendo. Si yo me voy, la tarea será
demasiado pesada para los otros dos. No quiero irme.
Yudhisthira dijo:
—Todo lo que dices es cierto. Pero mi mente sólo piensa en Arjuna. Yo estaré
protegido muy cuidadosamente por los otros dos, no tengo miedo. Tengo a Bhima,
Dhrishtadyumna, a los hijos de Draupadi, a los hermanos Kekaya, a Ghatotkacha, a
Virata, Drupada, Sikhandi, Nakula, Shadeva, Dhrishtaketu, Kuntibhoja y a todo el
ejército. No te preocupes, debes ir.
Satyaki estaba en un verdadero dilema. Tuvo que acceder a la sugerencia de Yudhis-
thira. No quería dejarle e irse, pero tenía miedo de que la gente le llamara cobarde si no
iba a ayudar a Arjuna. Su voz estaba entrecortada por las lágrimas y dijo: