Page 583 - Mahabharata
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7. Drona                                                                                 563


               permitido que muriera Satyaki, hubiera sido un pecado. Atacaste a Satyaki, sabiendo
               que no estaba en buenas condiciones para luchar. Podía haberte cortado la cabeza por

               este acto, ¿cómo te atreves a hablarme del Dharma? Tú, que pasivamente te quedaste
               observando cuando mi Abhimanyu, sin carro, sin armas, sin arco y sin ninguna defensa
               era cruelmente aniquilado por todos los grandes héroes kurus. ¿Dónde estaba entonces tu
               rectitud? ¿Te importó entonces que aquello fuera injusto? ¡No! ¿Les dijiste a tus queridos
               primos que estaban haciendo algo que iba en contra del Dharma de un kshatrya? ¡No!, te
               quedaste allí observando, mientras ese muchacho era asesinado. Supongo que esperabas
               de mí la misma conducta: que me quedase quieto observando cómo mataban a mi amigo
               por medios injustos. No creo que haya hecho mal interviniendo. He tratado de seguir mi
               norma de cuidar a aquellos que luchan por mí. Tenía que proteger a Satyaki, si quería
               cumplir con mis principios.
                   Nadie pronunció ni una sola palabra. Arjuna sentía mucha compasión por Bhuris-
               ravas y le dijo:
                   —Mi señor, siento haber nacido como un kshatrya y haber tenido que hacerte esto,
               a ti que eres uno de los hijos más nobles de la casa de los kurus. No me maldigo a mí
               mismo por tu condición, culpo a Duryodhana por el pecado de haberte conducido a este
               fin.
                   Bhurisravas escuchó todo lo que había dicho e inclinó su cabeza hacia el suelo.

               Levantó su otra mano y reconoció las palabras de Arjuna. Ya no tenía más deseos
               de vivir, así que esparció hierba kusa sobre el suelo y se sentó sobre ella dispuesto a
               abandonar su cuerpo mediante el yoga.
                   El ejército estaba sin aliento observando el inmenso drama que se estaba desarrol-
               lando. El gran Bhurisravas había renunciado al mundo y había decidido morir. Cuando
               todos los ojos estaban dirigidos en su dirección, Satyaki se despertó de su desmayo
               y saltó cogiendo su espada en la mano abalanzándose luego sobre Bhurisravas con la
               intención de matarle. Se produjo una gran consternación al ver esto. Arjuna y Krishna
               volvieron sus ojos horrorizados en aquella dirección y trataron de detenerle, pero él
               no les prestó atención. Se dirigió hacia el cuerpo de Bhurisravas y le cortó la cabeza.
               Bhurisravas había apartado su mente de la guerra cuando fue aniquilado por Satyaki.
               Estaba indefenso, había perdido un brazo y estaba sentado con su mente fija en el otro
               mundo y en ese estado fue aniquilado por Satyaki, el más grande de los héroes del lado
               de los pandavas. Fue un incidente desafortunado en la vida de Satyaki, una vida que de
               no haber sido por esto, podría haberse considerado sin mancha.
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