Page 585 - Mahabharata
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7. Drona                                                                                 565


                   Arjuna estaba ahora exactamente en frente de Jayadratha. Podía verle. Arjuna miró a
               Jayadratha con sus ojos rojos de ira. Radheya fue hacia Satyaki para entablar un duelo

               con él y evitar que estuviera cerca de Arjuna. Arjuna dijo:
                   —Krishna, fíjate en el coraje de Radheya; acaba de ver morir a Bhurisravas y aún
               piensa que puede luchar con Satyaki. No quiero que Satyaki mate a Radheya, quiero
               matarle yo mismo. Llévame hacia Radheya.

                   Krishna no deseaba un duelo entre Arjuna y Radheya. Tenía miedo del sakti que
               Indra le había dado a Radheya. Así que dijo:
                   —No importa, Arjuna, déjale luchar con Satyaki, más tarde te llevaré hacia Radheya.
               Realmente ya no tenemos tiempo para eso. El Sol se pondrá dentro de poco. Piensa en
               todos los hombres que hay alrededor de Jayadratha. Tienes que cruzarles a todos antes
               de llegar a él. No nos preocupemos de Radheya ahora.

                   Satyaki no tenía carro ni armas, excepto la espada con la que había matado a Bhuris-
               ravas. El carro de Arjuna se disponía a avanzar hacia adelante cuando Krishna sopló
               la nota rishabha en su panchajanya y en un momento apareció el carro de Krishna con
               la bandera del águila. Satyaki sonrió agradecido y se subió al carro para luchar con
               Radheya. La lucha fue maravillosa. La habilidad de Daruka conduciendo el carro ganó la
               admiración de todos, incluso la de Krishna. Los guerreros del lado de los kurus tuvieron
               que ir a ayudar a Radheya y todos rodearon a Satyaki. Radheya había perdido su carro
               y subió al de Duryodhana. Dussasana y el resto de ellos fueron todos vencidos por
               Satyaki. Estaban a su merced, pero de nuevo Satyaki recordó el juramento de Bhima y
               les dejó escapar vivos. La opinión general en el campo de batalla ese día era que sólo uno
               podía igualar a Krishna y Arjuna y ese era el gran Satyaki, no había otro. Así lo dijeron
               Aswatthama, Kritavarma y otros. Arjuna se acercó al carro de Radheya y le dijo:

                   —Tú mataste a mi hijo cuando yo no estaba allí. Muy pronto, delante de tus propios
               ojos, voy a matar a tu hijo Vrishasena. Déjame ver si eres capaz de salvarle.
                   Los rayos del Sol habían perdido su intensidad y casi se había puesto. Duryodhana le
               habló furioso a Radheya:

                   —El Sol ya casi se ha puesto. Si acosas ahora a Arjuna, no podrá mantener su
               juramento. Debemos salvar a Jayadratha. Tú eres la única persona que puede hacerlo.
                   Mientras estaban hablando, Arjuna había avanzado aún más adentro en el vyuha. No

               había más tiempo para duelos.
                   Todos los kurus defendían a Jayadratha. Duryodhana, Radheya, Vrishasena, Salya
               y Aswatthama fueron los héroes que salieron al encuentro de Arjuna. El Sol había
               comenzado a tomar un tono rojizo. Arjuna luchó como nunca antes lo había hecho. Era
               una tarea muy dura para él luchar con todos ellos juntos, pero Arjuna estaba valiéndose
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