Page 587 - Mahabharata
P. 587
7. Drona 567
y poco después el Sol desapareció ocultándose detrás de la colina del oeste. Los kurus
quedaron sumidos en un profundo pesar. Estaban seguros de que podrían haber evitado
la tragedia pero no lo hicieron.
Capítulo XXIV
DRONA HERIDO EN SU ORGULLO
RJUNA recitó el encantamiento para recuperar el gran pasupata y tan pronto como
A fue retirado, sopló una brisa fresca por todo el campo, trayendo con ella el perfume
de mil flores. Krishna se bajó del carro y abrazó a Arjuna. Se sentía muy aliviado,
pensando que la vida de Arjuna se había salvado. Todos los héroes kurus habían
abandonado el lugar. No habían podido salvar a Jayadratha. Había muerto ante los ojos
de todos. Duryodhana derramó lágrimas de humillación.
Bhima lanzó un grito tan potente que los cuatro puntos cardinales resonaron con su
eco. Yudhisthira supo entonces que Jayadratha había muerto. Luego oyó el sonido de la
devadatta y la panchajanya.
Arjuna se arrojó a los pies de Krishna y dijo:
—Señor, esto es todo obra tuya, sin ti, nadie puede hacer nada. Tú me ayudaste a
cruzar este gran océano y me permitiste cumplir la promesa que hice a mi hijo. Con tu
gracia, Yudhisthira gobernará el mundo después de la muerte de todos estos pecadores.
Tú eres nuestro guía en el camino de la verdad.
Krishna sonrió complacido por las palabras de Arjuna y luego señalando al campo le
dijo:
—Hoy Satyaki y tú habéis destruido siete akshauhinis de su ejército. De hecho Satyaki
ha causado incluso más bajas que tú. Fíjate en el campo.
Luego regresaron al trote hacia la presencia de Yudhisthira. Por el camino Krishna le
contó a Arjuna porqué le había pedido que depositase la cabeza de Jayadratha sobre el
regazo de su padre. Le dijo:
—Brihadkshatra, el padre de Jayadratha, obtuvo este hijo después de realizar una
gran penitencia. Obtuvo el don de que su hijo no podría ser aniquilado ni por un hombre
ordinario ni por métodos ordinarios. Sólo podría morir en manos del más grande de los
héroes y mediante la más poderosa de todas las armas. El don le fue concedido. Pero
no satisfecho con eso, el padre quería otro don, quería que la cabeza del hombre que
iba a provocar la caída de la cabeza de Jayadratha por tierra, estallase en mil pedazos, y
ese don también le fue concedido. Fue por eso que te pedí que antes de que su cabeza
llegase al suelo ordenases al astra que la depositase en el regazo de su padre, para que al
levantarse fuese él, el que provocase la caída de su cabeza a tierra.