Page 594 - Mahabharata
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                   —Aswatthama, por favor, detente, te lo ruego. Este no es el momento para luchas
               personales. Dependo de todos vosotros para que me ayudéis a ganar esta guerra y el

               ejército de los pandavas viene ahora hacia nosotros, por favor, olvida esto. Te pido
               humildemente que no te enfades con Radheya, él me es muy querido.
                   El hijo del acharya logró controlarse pues sentía lástima de Duryodhana. Luego
               Radheya cogió su arco y se fue hacia el ejército enemigo.


                                                       Capítulo XXVI
                                           LA BATALLA A MEDIANOCHE

                    L ejército pandava vio a Radheya avanzando hacia ellos y dijo: « Aquí viene Ra-
               E dheya con una expresión terrible. Siempre ha odiado a los pandavas y ha decidido
               matarles. » Radheya se lanzó sobre el ejército con la intención de destruirle. Era terrible
               con su arco y sus flechas. El ejército sufrió grandes perdidas en sus manos. Su furia

               era como la de Indra cuando luchó con los asuras. El ejército estaba siendo acosado
               furiosamente por él. Arjuna acudió a defender a su ejército. Viendo cómo Arjuna venía
               decidido a entablar un duelo con él, los ojos de Radheya se iluminaron anhelantes. Fue
               un espléndido espectáculo aquel duelo entre los dos. En aquella oscura noche iluminada
               sólo por las estrellas y los fogonazos como relámpagos que producían las muchas flechas
               y jabalinas, ambos lucharon decididos a matarse mutuamente. Radheya se quedó por
               un momento sin arco y sin carro. Duryodhana estaba furioso con Arjuna. Dijo para sí:
               « Lucharé con los pandavas y les mataré a todos », y se fue a ayudar a su amigo. Kripa se
               acercó a su sobrino Aswatthama y le dijo:
                   —Duryodhana ha ido a luchar con Arjuna y piensa que puede destruir a los pandavas.
               Debes ir corriendo a proteger al rey o si no será aniquilado en un momento. En su ira
               contra él los pandavas le arrasarán. Es urgente que alguien vaya a ayudarle.
                   Aswatthama fue corriendo a donde estaba el rey y le dijo:
                   —Duryodhana, ¿por qué has de luchar estando yo aquí? Mi rey, mientras todos
               estemos vivos, no hay ninguna razón para que vayas al frente. Yo lucharé con Arjuna, te
               pido que regreses y contemples la lucha.

                   Duryodhana dijo:
                   —Estoy nervioso. Tu padre, el gran acharya, protege a los pandavas, porque son
               sus discípulos favoritos y tú también te has mostrado indiferente durante estos días.
               Creo que tú también eres como tu padre. Tu valor ha estado en letargo hasta ahora.
               Estoy seguro de que te comportas así para complacer a Yudhisthira o quizás a su reina
               Draupadi. He tenido la mala suerte de que casi todos los que me tienen afecto han sido
               vencidos o aniquilados. Dependo de ti para que destruyas el ejército de los pandavas;
               por favor, ve y atácales. Envíalos ahora mismo a la morada de Yama.
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