Page 605 - Mahabharata
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7. Drona                                                                                 585


                   Yudhisthira se dirigió furioso hacia Radheya. Sabiendo que aquello no era algo in-
               teligente, Arjuna y Krishna le siguieron en su carro. Vyasa fue al encuentro de Yudhisthira

               y le dijo:
                   —Yudhisthira, no te sientas tan infeliz por la muerte de Ghatotkacha. Estaba ordenado
               que debía morir y por eso murió. Afortunadamente para ti, el sakti que Radheya
               guardaba para matar a Arjuna lo usó contra él y ya no puede dañar a Arjuna. Ahora
               puedo decirte que dentro de cinco días serás el señor de esta tierra. Regresa junto a tu
               ejército.
                   Vyasa desapareció de la presencia de Yudhisthira.


                                                       Capítulo XXIX
                                  DRONA ES HOSTIGADO POR DURYODHANA


                    A lucha comenzó de nuevo. Los dos ejércitos se abalanzaron el uno contra el otro
               L y hubo una gran matanza. Ya era más de medianoche y todos estaban aturdidos
               por el sueño. La guerra había estado arreciando desde temprano por la mañana. Esta
               era la primera vez que luchaban después de la puesta de Sol. Dormir era lo único que
               anhelaban todos. Ya nadie pensaba en la guerra, sólo pensaban en dormir. Todos los
               soldados dondequiera que estuvieran estaban cayendo abatidos por la magia del sueño.
               Viéndoles, Arjuna sintió gran compasión por ellos. En medio de la lucha, de repente,
               alzó la voz para que todos le pudieran oír y dijo:
                   —Todo el mundo en el campo de batalla está cansado, todos estamos exhaustos
               y la oscuridad es ya muy densa, no se puede ver nada. Si vosotros, los del bando
               opuesto, también lo queréis, me gustaría sugerir que descansemos por un tiempo en el
               campo de batalla. Relajemos nuestros miembros durante un rato. Cuando salga la Luna,
               reanudaremos la lucha.

                   Su sugerencia fue aceptada y fue maravilloso para los soldados poder tumbarse y
               dormir donde podían. Por todas partes el campo estaba sembrado de soldados dur-
               miendo. Los integrantes de ambos bandos bendijeron a Arjuna y dijeron: « Arjuna es
               la única persona que piensa en los demás con compasión, Dios le recompensará por su
               bondad. » El campo de batalla estaba ahora en silencio como un niño que ha llorado
               hasta quedarse dormido en los brazos de su madre. Todos cayeron bajo el hechizo del
               sueño.
                   Debían haber dormido durante una hora o más, cuando la Luna surgió elevándose
               por el oriente. Era roja como un loto recién abierto y desde el cielo de oriente esparcía sus
               rayos sobre aquel terrible campo de batalla. La Luna que surgió roja, comenzó a clarear
               perdiendo su tono rojizo y muy lentamente comenzó a elevarse sobre los cielos. Brillaba
               suave y blanca como el cuello de una mujer hermosa. El campo de batalla estaba tan
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