Page 609 - Mahabharata
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7. Drona 589
en Kurukshetra, está ocurriendo sólo para complacerte a ti y a tu terquedad. Es justo
que tú también luches. Este pecador Sakuni es la brisa que avivó la chispa de los celos
en tu corazón, convirtiéndola en un fuego llameante de odio; este hombre es la raíz
de toda esta destrucción. Espero que haya un infierno especial para él; sufrirá por sus
pecados, estoy seguro de ello. También es un kshatrya y es muy inteligente. Este hombre
que es tan hábil jugando a los dados seguramente vencerá a Arjuna, seguro que podrá
hacer lo que nadie ha hecho hasta ahora. Este tramposo puede vencer fácilmente a los
pandavas en las operaciones de guerra a campo abierto. En la corte de Hastinapura te he
oído decir a menudo: « Nosotros tres, Dussasana, mi querido Radheya y yo podemos
matar fácilmente a nuestros primos. » Te lo he oído decir una y otra vez en todas las
discusiones sobre los pandavas y ¡sabe Dios cuántas discusiones solía haber! Pues bien,
haced lo que habéis prometido. Ahí están todos ellos, dispuestos para enfrentarse con
vosotros. Duryodhana, sé un kshatrya, usa tus armas de acero y dale un descanso a
tu lengua. Después de todo has vivido una vida plena y feliz y también has realizado
muchas buenas acciones. Has bebido de la copa de la alegría apurando hasta la última
gota, has disfrutado de poder como nadie más lo haya hecho y no le debes nada a nadie,
has pagado todas tus deudas. Has disfrutado de la vida a tope, ahora es justo que vayas
y luches con tus enemigos. La muerte a manos de los pandavas será una corona de gloria
para tu azarosa vida. Cumple con tu deber al menos ahora y lucha con tus enemigos; tu
muerte será gloriosa.
Drona dejó de hablar. Dividió al ejército en dos y partió para el campo de batalla
para luchar por aquel hombre desagradecido hasta que el último aliento abandonase su
cuerpo.
Capítulo XXX
LA PRIMERA MENTIRA DE YUDHISTHIRA
K RISHNA vio las dos divisiones del ejército y le dijo a Arjuna:
—Creo que sería mejor si te dirigieras hacia el ala izquierda donde están todos
tus enemigos.
Bhima vio también las dos porciones y dijo:
—Arjuna, Arjuna, por favor, acosemos a nuestros queridos enemigos. Ahora po-
dremos cumplir lo que hemos jurado.
Tras esta sugerencia de Krishna y Bhima, Arjuna comenzó a atacar al ejército. Los
cuatro kurus se enfrentaron con Arjuna como lo habían jurado en presencia de Drona.
No les resultaba tan fácil como pensaron, no era fácil luchar con Arjuna. No se podía ver
el Sol por el polvo y las flechas que se elevaban en el cielo. Aquella mitad del ejército fue
derrotada en un momento.