Page 626 - Mahabharata
P. 626
606 Mahabharata
estaba furioso con este hombre que luchaba transgrediendo todos los códigos de lucha
caballeresca. Arjuna invocó el brahmastra lanzándolo para calmar la furia del fuego;
sopló una brisa fría que abatió la furia de los dos astras, tras lo cual Aswatthama se
marchó del campo de batalla; quería estar a solas con su dolor.
Cuando se encontraba solo vio a Vyasa, a quien preguntó:
—Mi señor, ¿por qué fallaron mis astras? ¿por qué? ¿Cómo pudieron fallar?
Vyasa dijo:
—Aswatthama, los arrojaste contra Nara y Narayana que han nacido como Arjuna y
Krishna para librar al mundo de sus problemas. No es posible vencerles ni destruirles.
Eres un necio tratando de hacer lo imposible. Tu padre ha alcanzado los cielos y no hay
nada por lo que debas estar triste. Vete a casa, hijo mío, y piensa en mañana.
El ejército de los kurus se retiró al final del día y el ejército pandava con un suspiro de
agradecimiento regresó también a su campamento. Aquella noche podían dormir. Este
era el principal pensamiento en las mentes de todos los soldados. El campamento del
ejército de los kurus estaba sumido en profundo pesar. Bhishma había caído y ahora en
el decimoquinto día de la guerra habían perdido a Drona. Él era como una gran fortaleza
que hasta entonces había resistido el ataque del ejército pandava, pero ahora le habían
perdido. Duryodhana no era capaz ni de pensar, su mente estaba casi desquiciada por
esta terrible calamidad que les había sobrevenido. Radheya y Dussasana trataron de
consolarle en vano, y así pasaron aquella horrible noche.