Page 654 - Mahabharata
P. 654

634                                                                            Mahabharata


                   —Se dice que la justicia protege siempre a aquellos que son justos. En lo que a mí
               se refiere, he practicado el Dharma hasta cuanto sabía, pero este Dharma es una dama

               caprichosa que nunca recompensa a los que la aman. No hay nada igual que el Dharma
               en este mundo.
                   Radheya estaba siendo herido por las flechas afiladas de Arjuna, pero se había vuelto
               indiferente a ellas. Arjuna le lanzó el gran Aindrastra, pero con un gran esfuerzo de
               voluntad, Radheya recordó el Brahmastra y lo lanzó para frustrar el aindra. Su carro
               tenía la rueda izquierda completamente hundida en la tierra y los protectores de las
               ruedas hacía mucho que habían huido amedrentados por Arjuna, por lo que Radheya
               tuvo que descender del carro. Arjuna entonces fijó una flecha en la cuerda de su arco con
               la intención de invocar el gran Rudrastra. Radheya con sus ojos llenos de lágrimas de ira
               y desesperación dijo:
                   —Arjuna, la rueda izquierda de mi carro se ha hundido en la tierra. Es sólo mi
               destino y nada más lo que ha hecho que esto ocurra en este momento crítico. Si esperas
               un momento la levantaré. Eres un gran héroe y un luchador justo, por favor, detén tu
               lucha hasta que esté listo. No es noble luchar cuando el adversario no está preparado
               para defenderse. Estoy seguro que seguirás las reglas de lucha justa. Tú estás sobre el
               carro y yo estoy en el suelo sin armas, no es justo que dispares tu astra ahora. Espera un
               momento, levantaré la rueda y entonces seguiremos luchando.
                   Krishna se rió cruelmente de Radheya y le dijo:

                   —¡Así que ahora quieres que Arjuna te trate con justicia! Radheya, dime sinceramente,
               ¿has caminado siempre por el camino de la justicia? Has tomado parte en los conjuros de
               Duryodhana contra los pandavas, y estabas allí cuando su reina Draupadi fue arrastrada
               a la corte por Dussasana, te percataste de su impotencia incluso más que los demás,
               nunca pensaste en la justicia cuando se estaba jugando el juego de dados. ¿Pero por qué
               hablar del lejano pasado?. Déjame que te recuerde algo que ocurrió hace cuatro días; sí,
               hace cuatro días. Todos vosotros matasteis a Abhimanyu. —Los ojos de Krishna estaban
               rojos y el aspecto de su cara era terrible, estaba alterada por la furia y el dolor de sólo
               pensar en Abhimanyu. Dijo—: Sí, Abhimanyu, seis héroes le mataron. Él quería un trato
               justo. No tenía ningún arma y con la rueda de su carro en su mano os llamó a todos para
               que lucharais con él uno a uno. ¿Pensaste entonces en las reglas de la lucha?. ¿Quién
               cortó por detrás la cuerda del arco de Abhimanyu cuando estaba desprevenido?. ¿Fue
               un héroe que conocía las normas de la lucha justa? Me disgustas con tus peticiones de
               lucha limpia. ¿Cómo te atreves a esperar que se te trate así cuando entonces no lo tuviste
               en cuenta? —Los labios de Krishna estaban temblando de ira.
                   Las palabras de Krishna hirieron más a Radheya que las flechas de Arjuna. Sabía
               que todo era cierto, bajó la cabeza y prosiguió con sus intentos de sacar el carro del
               suelo. Era como un intento de vivir contra toda opción. Krishna sabía todo en cuanto
   649   650   651   652   653   654   655   656   657   658   659