Page 663 - Mahabharata
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9. Salya                                                                                 643


                   »Y, aparte de todo esto, también he de decirte que yo no soy partidario de la paz.
               No quiero hacer la paz con los pandavas. Como bien has dicho, Yudhisthira es tan

               justo que seguro que aceptaría mi propuesta de paz si se la hiciera. E incluso, hasta es
               posible que Krishna y Arjuna olvidaran la muerte de Abhimanyu y aprobaran el pacto
               de paz. Todos ellos son hombres amantes de la paz y sé que en cuanto les propusiera un
               pacto lo aceptarían. Pero, acharya, yo no estoy dispuesto a hacerlo. No quiero hacer la
               paz con los pandavas. He gobernado este mundo entero como único soberano, ¿crees
               acaso que lo compartiría con ellos?; Yudhisthira y sus hermanos gobernarían el mundo
               y yo tendría que depender de ellos. Yo siempre he brillado con un esplendor único,
               eclipsando a los otros reyes de la tierra, ¿crees acaso que voy a seguirle el juego a este
               Yudhisthira como si fuera uno de sus asistentes? Yo ya conozco lo que es vivir en medio
               del lujo, donando inmensas fortunas como caridad, ¿cómo podría yo convertirme en un
               rey inferior, subordinado a los pandavas? Mi señor, tú que ya conoces mi orgullo, no
               deberías sugerirme que haga la paz con mis enemigos. No estoy enfadado contigo en
               absoluto, sé que deseas mi bien. Pero aun así, soy como el enfermo que se niega a tomar
               una medicina amarga.
                   »Estoy decidido a hacer la guerra, creo que es el camino más sabio para alcanzar la
               gloria. No soy un cobarde, nunca he tenido miedo de nadie ni de nada. He vivido una
               vida plena y feliz, he vivido como un rey, he complacido a los pobres con mi generosa
               abundancia y he escuchado recitar los Vedas noche y día. También he realizado yajnas,
               y he puesto mi pie sobre la cabeza de mis enemigos. Siempre he tratado bien a mis
               sirvientes y he ayudado a aquellos que estaban en la necesidad. He hecho conquistas y
               he gobernado bien mi reino. Después de haber vivido todo esto, no puedo imaginarme
               dependiendo de alguien.

                   »Mas ahora he perdido a todos mis amigos. Han muerto todos los hombres que
               querían verme como monarca, murieron como mueren los kshatryas. Y en este mundo
               en que todo muere y acaba ¿cómo se puede comparar una vida de comodidad bajo el
               gobierno de otro hombre, con la fama eterna? La teoría favorita de Radheya era que un
               hombre debe luchar por la fama y nada más, pues la fama es la única cosa que permanece
               inalterable en este mundo transitorio: yo quiero fama y sólo puedo conseguirla luchando.
               Mi nombre quedará limpio de todo estigma si muero con bravura en la guerra. No es
               digno de un kshatrya morir en su casa a causa de una enfermedad o fiebre: un kshatrya
               debe morir o en el campo de batalla o en el bosque.
                   »Estoy completamente decidido; alcanzaré los cielos después de luchar con bravura.
               Todos mis queridos amigos ya están allí y me están esperando. Dieron sus vidas por mí
               y esta es la única forma en que puedo pagar tal deuda. Este camino ya ha sido recorrido
               por mi abuelo y mi reverendo guru Drona. También lo ha recorrido mi querido Radheya,
               al igual que Jayadratha, quien confió en mí. Alcanzaré las regiones superiores muriendo
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