Page 682 - Mahabharata
P. 682

662                                                                            Mahabharata



                                                       Capítulo VIII
                                               LA IRA DE BALARAMA


                    ALARAMA estaba furioso con Bhima por la forma sucia en que había derribado a
               B su oponente. Le dijo:
                   —Bhima, hoy haciendo lo que has hecho has disgustado a tu guru. Has golpeado
               a tu adversario por debajo de la cintura; es la acción más vil que puede cometer un
               luchador. Te mataré por lo que has hecho. Has matado a mi amado discípulo valiéndote
               de artimañas no permitidas, vengaré la muerte de Duryodhana.

                   Balarama levantó su cayado, que era su arma personal, y se abalanzó sobre Bhima.
               Krishna se apresuró a detenerle y rodeándole con sus brazos le contuvo. Krishna le dijo:

                   —Mi señor, controla tu furia, lo que Bhima hizo era correcto. La acción en particular
               quizá iba en contra de las normas de lucha justa, pero en tu ciego afecto por Duryodhana
               pareces olvidar todo el daño que él causó a los pandavas. Cuando la hermosa Draupadi
               fue arrastrada ante la presencia de este hombre arrogante, él la insultó ante sus esposos.
               ¿Puede hombre alguno soportar que se insulte de esa manera a su esposa? Le debieron
               haber roto los muslos en aquel mismo momento, pero no lo hicieron. Yudhisthira impidió
               que Bhima se abalanzase sobre Duryodhana, pero Bhima entonces hizo el juramento de
               que un día él le rompería sus muslos. Esa es la razón por la que ha hecho esto, de otra
               forma ¿cómo podría cumplir su juramento? Un juramento se ha de cumplir por encima
               de todo. Esta es la norma.
                   »Mi querido hermano, no puedes soportar la injusticia que se le ha hecho a tu amado
               Duryodhana y estás dispuesto a matar a los pandavas arremetiéndoles con tu cayado.
               Pero yo he estado observando la injusticia que se le ha hecho a los pandavas durante
               los últimos años, y si lo hubiera deseado, podría haber matado a este hombre y haberle
               castigado fácilmente, podría haber vengado los sufrimientos de estos hombres buenos
               y las lágrimas de Draupadi, pero yo no interferí hasta que se declaró la guerra, incluso

               traté de impedir por todos los medios esta guerra. Y aun así, no he luchado porque
               tú querías que me mantuviese al margen. ¿Cómo puede permanecer uno observando
               tanta injusticia durante tanto tiempo sin actuar? Sin embargo, tú ya estabas dispuesto
               a hacerlo ahora: tú, quien diste la espalda a esta guerra porque no podías soportar el
               presenciar la muerte de todos los kurus. Por favor, no trates de vengar la muerte de este
               pecador, déjale en manos de su destino y haz lo mismo con los pandavas. Son nuestros
               primos, y después de tantos años de sufrimiento, ahora tienen la esperanza de ser felices.
               Por favor, no les guardes rencor.
                   Las palabras de Krishna habían aplacado ligeramente la ira de Balarama, pero aún no
               estaba calmado del todo. Krishna le dijo:
   677   678   679   680   681   682   683   684   685   686   687