Page 701 - Mahabharata
P. 701
11. Lamentaciones 681
además mató a mi Duryodhana valiéndose de medios injustos, esto es lo que motiva mi
enfado. Movido por su amor por el reino, Bhima ha jugado sucio con mis hijos, eso es lo
que me hace arder de furia.
Tras oírle decir esto, Bhima se acercó a ella hablándole en un tono muy suave y dulce,
lo cual le divertía mucho a Krishna. Le dijo: —Madre, cometí un acto injusto durante
mi lucha con Duryodhana, lo admito, de otra forma no hubiera sido posible matarle.
Tuve que hacerlo para protegerme de él. Tienes que perdonarme por esta falta que he
cometido, no había guerrero alguno en los tres mundos que se pudiera comparar con
tu hijo. Jamás le hubiera podido batir en una lucha en toda regla, ni siquiera el mismo
Indra. Pero Duryodhana era un pecador, nos maltrató durante años y muy en contra de
su voluntad, Yudhisthira se vio obligado a luchar en esta guerra. Y en cuanto al hecho
de que le rompiera los muslos, había una razón para ello: hace mucho tiempo pronuncié
el juramento de que lo haría. Estoy seguro de que si lo hubiera hecho en el momento
en el que él estaba insultando a Draupadi, tú no te hubieras enojado conmigo, incluso
habrías dicho que era justo que lo hiciera. Pero en aquella ocasión fui detenido por mi
hermano y tuve que esperar todos estos años para cumplir mi juramento.
Gandhari le dijo:
—Bhima, has elogiado a mi Duryodhana diciendo que era el mejor guerrero de los
tres mundos; te perdonaré por eso. Pero ¿qué me dices del hecho de haberte bebido la
sangre de mi hijo Dussasana? Te has bebido la sangre de tu hermano. ¡Eso ha sido algo
cruel! ¿Qué tienes que alegar en cuanto a eso?
Bhima dijo:
—Madre, ciertamente eso ha sido un acto cruel, pero en un momento de pasión juré
que iba a hacerlo. De todos es bien sabido que soy muy impetuoso, debes perdonarme
por eso. Lo hice porque había jurado que iba a hacerlo. Pero no me tragué ni una sola
gota de la sangre de mi hermano, no pasó más allá de mis labios y mis dientes. Radheya
lo sabía. Lo hice sólo por cumplir mi juramento, y ya sé que es un acto inhumano. Madre,
te pido con toda mi humildad que me perdones.
Gandhari se tranquilizó al escuchar las dulces y arrepentidas palabras de Bhima.
Krishna hacia esfuerzos por contener su risa al ver a aquel nuevo Bhima, tan humilde y
arrepentido.
Gandhari giró entonces su rostro enfurecido hacia Yudhisthira y dijo:
—¿Dónde está ese rey?
Escuchando su tono de voz, Yudhisthira se dio cuenta inmediatamente de lo enfadada
que estaba con él. Se acercó hacia ella con las palmas de sus manos juntas y se presentó
diciendo: