Page 707 - Mahabharata
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11. Lamentaciones                                                                        687


                   Kunti permaneció en silencio por unos momentos; la agonía que sentía en su corazón
               enmudecía su lengua. Luego, después de respirar profundamente dijo:

                   —Yudhisthira, tienes que hacerlo porque Radheya era un kshatrya, no un sutaputra.
                   —¿Que no es un sutaputra?. ¿Que es un kshatrya? —gritaron los pandavas a un
               tiempo, haciendo luego eco en todos los allí presentes: ¡¿Radheya, un kshatrya?! —Todos
               estaban asombrados de escuchar aquello. Yudhisthira le dijo:

                   —Pero madre, tú no sabías nada acerca de Radheya, ¿cómo sabes que es un kshatrya?.
               ¿Acaso sabes quién fue su padre? Madre, estoy un poco confuso por tus palabras; por
               favor, dime quién es su padre y por qué he de realizar por él los ritos funerarios.
                   Kunti le dijo:

                   —Radheya era el hijo de Surya y su madre fue una muchacha a la cual Surya le dio
               un hijo. Nació con el kavacha y los kundalas. Su madre tuvo miedo de la censura del
               mundo porque era una doncella en la casa de su padre, por lo que tuvo que conservar
               el secreto oculto en su corazón. Así que puso al niño dentro de una hermosa caja de
               madera y lo depositó sobre las aguas de este mismo río, el Ganges, el cual se lo llevó
               flotando sobre su plácida corriente hasta que Atiratha vio la caja, la recogió y descubrió
               con sorpresa su contenido. Luego le entregó el niño a su esposa Radha y por eso se le
               llamó Radheya. Ese era el nombre que a él le gustaba, no quería que le llamaran por otro
               nombre. Pero su verdadera madre era una princesa que cometió esta injusticia con su
               primogénito. Ella tiene otros hijos pero su corazón está vacío debido a esto.

                   Yudhisthira y los demás hermanos la escuchaban con la boca abierta. Todo lo demás
               había quedado olvidado ante la emoción que había suscitado aquella historia tan mar-
               avillosa. Yudhisthira dijo:
                   —Madre, ¿quién es la madre de Radheya? ¿quién es esa mujer sin sentimientos que
               abandonó a su hijo recién nacido a merced de las aguas? ¿Quién es la mujer que arruinó
               la vida de un hombre tan grande como Radheya? Tú debes conocerla ya que nos cuentas
               el crimen con tantos detalles. Madre, ¡dime quién es!

                   Todos los ojos se dirigían hacia Kunti, esperando ansiosamente la respuesta. Kunti les
               miró a todos y luego miró a Krishna, el cual abrigó su mirada con una infinita expresión
               de lástima en sus ojos. Luego, mirando a Yudhisthira directamente a los ojos, le dijo:
                   —Esa mujer soy yo. Radheya fue mi hijo, mi primogénito. —Y cayó desmayada al
               suelo.

                   Vidura fue corriendo a su lado igual que lo hizo el día del torneo, cuando se desmayó
               al ver a Radheya. Yudhisthira se quedó completamente aturdido, no paraba de repetir:
                   —¡Radheya era mi hermano mayor y le hemos matado! Miró a Arjuna y éste rompió
               a llorar diciendo:
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