Page 713 - Mahabharata
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12. Consolación 693
está Bhishma, que ha pasado estos días yaciendo en un lecho de flechas. Yudhisthira
dijo:
—Mi señor, ¿cómo puedo ir y presentarme ante alguien tan grande? yo soy la causa
de la destrucción de mis primos. Después de haber cometido semejante pecado ¿cómo
puedo tener el valor de presentarme ante él?
Krishna le dijo:
—No seas tan sensible con respecto a lo que ha sucedido, Yudhisthira. De todos es
bien sabido que fue el destino el responsable de lo ocurrido y no tú. Ve a donde está
Bhishma, haz caso a las palabras de Vyasa. Has de gobernar durante muchos años más
para bien del reino. Bhishma es un gran hombre y conocía el futuro de los kurus. No lo
dudes más, haz caso a Vyasa.
Siguiendo el consejo de todos, Yudhisthira decidió ir a donde estaba su abuelo para
pedirle que le instruyera acerca de cómo gobernar su reino.
Capítulo II
LA CORONACIÓN DE YUDHISTHIRA
L mes de ritos funerarios había pasado; ya podían volver a Hastinapura. La mente
E de Yudhisthira había encontrado la paz, ya no se sentía infeliz. Los días y las noches
que había pasado con los sabios rishis le habían reportado la experiencia del SANTI,
la paz que había estado buscando durante todos aquellos años. Ahora comprendía
el verdadero valor de las cosas. Su mente había conseguido la calma y se encontraba
feliz. Un hombre sensible como Yudhisthira no podía hacerse a la idea de gobernar un
reino que había ganado después de haber atravesado un río de sangre: la sangre de sus
primos. Fue sólo después de la confortante compañía de los rishis cuando se dio cuenta
de su verdadera situación. Ahora estaba feliz. Casi estaba deseoso de desempeñar los
deberes de un gobernante. Pero Yudhisthira quería prepararse antes para esa tarea y las
sugerencias que le había hecho Vyasa fueron de su agrado. Así que decidió partir hacia
Hastinapura.
Todos partieron en dirección a la capital del reino, precedidos por el anciano rey
Dhritarashtra, y así comenzaron su viaje de retorno a la ciudad; era una procesión
magnífica. Pronto llegaron a la ciudad. La gente vio llegar al nuevo rey Yudhisthira
en una carroza tirada por dieciséis bueyes blancos. Bhima tenía las riendas en sus
manos, Arjuna sostenía una sombrilla sobre su cabeza. Nakula y Shadeva mantenían
dos grandes abanicos de plumas, uno a cada lado del rey. Era un espectáculo espléndido,
capaz de hacer olvidar a las gentes su pena aún reciente. Estaban contentos de darle
la bienvenida al rey después de haber transcurrido el mes que tenía que permanecer
ausente. La carroza siguiente a la de Yudhisthira era la de Yuyutsu, el único hijo de