Page 714 - Mahabharata
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               Dhritarashtra que había sobrevivido a la gran guerra. A él le seguía la carroza de Krishna
               y con él iba Satyaki. Las mujeres de la casa real iban en palanquines transportados por

               cargadores. Y luego venía una enorme e impresionante procesión de caballos y tras ellos
               muchos elefantes y hombres a pie. Fue un día feliz para todos. Yudhisthira, precedido
               por Dhritarashtra y seguido por los demás, entró en el magnífico sabha de los reyes
               kurus. Fueron honrados por todos los ciudadanos y los brahmanes, quienes recitaban
               versos bendiciendo a los pandavas. Krishna condujo a Yudhisthira al trono y le invitó a
               sentarse en el ilustrísimo trono de los pauravas. De los ojos de Krishna brotaban lágrimas
               incesantemente; en aquel día se había cumplido su promesa. Él había hecho el juramento
               de que pondría a Yudhisthira en el trono, y acababa de cumplir aquella gran tarea. Otros
               tronos con incrustaciones de piedras preciosas fueron colocados enfrente del trono del
               rey; en ellos tomaron asiento Krishna y Satyaki. Bhima y Arjuna se sentaron uno a cada
               lado del rey y junto a ellos, en asientos labrados en marfil, se sentaron Nakula y Shadeva.
               Kunti se sentó junto con Shadeva, su hijo preferido, compartiendo con él su asiento. A
               Dhritarashtra y a Gandhari se les dispusieron asientos individuales; Vidura y Yuyutsu
               estaban sentados a su lado.
                   El rey fue coronado mientras diversos instrumentos musicales hacían sonar dulces
               melodías y los brahmanes cantaban los Vedas. Fue un gran momento lleno de emoción.
               Los jefes de la ciudad fueron ante la presencia del rey y le dieron la bienvenida en
               términos formales. Yudhisthira parecía la Luna en medio de las estrellas. También él les
               respondió en términos formales y luego, dirigiéndose a la gente, dijo:
                   —Me siento enormemente complacido con los ciudadanos de este reino. Intentaré
               al máximo de mis posibilidades ser un buen rey. Espero que mi tío siga siendo aún el
               rey, tal y como lo ha sido durante todos estos años. Él es nuestro padre, él es el padre de
               este reino, yo trataré de ser su sirviente y trataré de asistirle en el gobierno del reino; mis
               hermanos también me ayudarán.

                   Luego Yudhisthira despidió a todos los ciudadanos, previo honrarles debidamente.
                   Yudhisthira coronó a Bhima como el yuvaraja: el heredero al trono. Vidura fue
               designado como ministro, tenía a su cargo la defensa del reino y también era el consejero
               personal del rey. A Sanjaya se le encargó de las finanzas y la tesorería del reino. A Nakula
               se le encargó del ejército y su mantenimiento. Arjuna fue nombrado comandante en jefe
               del ejército, poniéndose también a cargo de los asuntos del extranjero, ocupándose de
               defender el reino de posibles invasores. Dhaumya continuó siendo el sumo sacerdote.
               Shadeva era el encargado de la protección personal del rey, tenía que estar con él siempre.
               A Yuyutsu se le encargó controlar varias provincias y también atender a las necesidades
               personales del anciano rey Dhritarashtra. Krishna observaba con admiración la eficiencia
               del rey.
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