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más. Un hombre que tiene autodominio nunca será esclavo de los apegos de la Tierra y
alcanzará la emancipación.
Yudhisthira dijo:
—Me gustaría escucharte hablar sobre la verdad.
Bhishma:
—La verdad es el deber de todo ser humano, es un deber eterno. La verdad es el más
alto refugio, la verdad es la más meritoria de todas las penitencias, la verdad es el yoga
más elevado, es el eterno Brahmán. Es el mayor sacrificio de todos los sacrificios. Los tres
mundos descansan en la verdad y nada más que en ella. La verdad tiene doce aspectos:
imparcialidad, autocontrol, compasión, modestia, constancia, bondad, renunciación,
contemplación, dignidad, fortaleza, benevolencia y ausencia de injurias. Todos estos son
aspectos de la verdad, pero la verdad es inmutable, eterna e incambiable.
Yudhisthira:
—¿Cuál es el bien por el que uno debería luchar?.
Bhishma:
—Este mundo está siempre amenazado por la muerte, las noches que vienen y se
van, no hacen otra cosa más que disminuir el tiempo de vida que te queda por vivir. La
muerte no espera a nadie. Se está acercando a todas las criaturas momento a momento,
su proximidad es imperceptible pero constante e inexorable. Con el paso de cada uno de
los días, la vida de un hombre se va acortando y la muerte por fin viene antes de que
los deseos de esa persona se hayan cumplido. Mientras alguien está cortando flores, la
muerte siega la vida de ese hombre llevándoselo, igual que una bestia salvaje arrastra el
cuerpo de un carnero que ha caído como presa entre sus garras. Lo que hayas planeado
hacer por la tarde debes hacerlo antes del mediodía. La muerte es cruel, nunca espera
para ver si todos tus actos han sido llevados a cabo. El hombre debe darse prisa en
practicar la virtud mientras esté con vida, porque la vida es muy incierta, sólo la muerte
es algo cierto. Puede venirte ahora o puede venirte dentro de muchos años, pero estar
preparado es importante. La virtud te garantizará fama en este mundo y felicidad en el
próximo.
»El hombre es acosado por miles de deseos en este mundo y se apega a muchas cosas
y a muchas personas; su trabajo, su tierra, sus hijos, su casa. Con todo esto ha tejido la
tela de araña del apego, en la cual está atrapado y de la que sólo será arrancado por la
muerte. Nada puede resistirse a la fuerza del apego, excepto la verdad. El conocimiento
del verdadero valor de las cosas hace que un hombre se dé cuenta de lo transitorio de
las cosas de este mundo; a un hombre así la muerte no le causa terror porque la verdad
es inmortalidad. En el mismo cuerpo se pueden encontrar las semillas de la muerte, al
igual que de la inmortalidad. Está en tus manos decidir cuáles quieres cultivar, si unas u