Page 759 - Mahabharata
P. 759
17. El gran viaje 739
cayó Bhima y preguntándole a Yudhisthira por qué tenía que morir sin poder avanzar
más, éste le respondió: —Mi amado Bhima, siempre has sido un ser muy querido para
mí, pero la única falta que puedo encontrar en ti es que siempre te has jactado de tu
fortaleza y que también eras un poco glotón, si no fuera por eso no habría nadie como tú
en este mundo entero.
Yudhisthira se quedó solo, pero siguió subiendo y subiendo en busca de la paz.
Desde que salieron de Hastinapura, un perro les había estado siguiendo caminando
junto a ellos durante todo el trayecto, Yudhisthira había perdido a sus hermanos y a su
querida reina, pero este perro aún permanecía con él y juntos recorrieron el último trecho
hasta llegar al final del camino. De repente, Yudhisthira se sintió deslumbrado por un
intenso brillo y vio a Indra descender en su carro. Cuando llegó a tierra, Indra descendió
de él y se acercó a Yudhisthira diciéndole:
—Yudhisthira, debes subir a este carro, yo mismo lo he traído como una muestra
especial de honor. Por favor, ven conmigo a los cielos.
Yudhisthira no quería ir al Cielo sin sus hermanos y sin Draupadi, y le dijo:
—Mis hermanos y mi amada Draupadi emprendieron este viaje junto conmigo pero
han caído antes de completar el trayecto; han abandonado sus cuerpos humanos y ahora
no sé a dónde han ido. Pero a menos que ellos vengan conmigo yo no iré contigo.
Indra le sonrió y le dijo:
—Mi querido Yudhisthira, ellos también han ido al Cielo después de haber abandon-
ado el cuerpo humano, pero a ti se te ha pedido que vengas conmigo; se te ha concedido
el privilegio de entrar en la morada de los dioses con tu forma humana.
Yudhisthira dijo:
—Me siento muy honrado por tu venida, mi señor, y ahora que me aseguras que
allí voy a encontrarme con mis seres queridos, ya estoy dispuesto a irme contigo al
Cielo. Pero también quería pedirte que me permitieses llevarme este perro conmigo. Ha
estado junto a mí desde que salimos de Hastinapura, se ha entregado a mí y me gustaría
llevármelo conmigo al Cielo.
Indra se echó a reír al ver el amor tan tonto que aquel hombre sentía por un perro y le
dijo:
—Yudhisthira, a ti se te ha otorgado la inmortalidad, ya eres igual a mí, eres la persona
más afortunada de este mundo. Por favor, no pierdas todo esto debido a tu amor por un
perro; en el Cielo no hay lugar para perros. Por favor, abandona esa idea y ven conmigo.
Yudhisthira sacudió su cabeza negativamente y dijo:
—Mi señor, me estás pidiendo que haga algo que no puedo hacer. Este perro ha
compartido conmigo todas las penas y vicisitudes del camino y se ha entregado a mí; yo
no puedo abandonarlo.