Page 129 - El judío internacional
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ofensividad contraria del proceder hebreo. En esta silenciosa lucha, la comunidad israelita no
                  supero a su adversario no-judío, la batalla se mantiene indecisa. Cuando comprenda la multitud lo
                  que en verdad se juega, la lucha puede tal vez terminarse para siempre.

                  La lucha que se predica bajo el lema de "progreso y libertad" por elementos del orden contra el
                  capital, se dirige realmente solo contra el capital no-judío. Los financistas a quienes se ataca en
                  público, son siempre no-judíos. Otro tanto ocurre en Estados Unidos, en Inglaterra, en todas
                  partes. El lector de diarios sabe que enormes esfuerzos se hacen para arruinar a las compañías
                  ferroviarias y mineras por medio de interminables huelgas. En cambio, lo que no sabe es que los
                  tales ferrocarriles y minas no están todavía en manos judías, no que las huelgas, provocadas
                  siempre por elementos bolcheviques, son un ardid judío para destrozar la propiedad no-judía y
                  acaparar fácilmente esta presa para el insaciable capital de los semitas.

                                                             IV
                                LA CURVA ASCENDENTE DEL PODERIO FINANCIERO HEBREO

                  La alta finanza hebrea entro en contacto con los intereses norteamericanos por intermedio de los
                  Rothschild. Puede afirmarse que los Estados Unidos sirvieron de fundamento para la inmensa
                  fortuna de la casa Rothschild, y esto, como ocurre siempre con las riquezas judías, gracias a la
                  guerra. Los primeros veinte millones de thálers, que tuvieron disponibles los Rothschild para sus
                  operaciones, fueron el precio por las fuerzas del Ducado de Hesse, que hubieron de combatir
                  contra las colonias norteamericanas de Inglaterra.

                  A partir de ese primer contacto entre los Rothschild y los asuntos norteamericanos, aquellos
                  conquistaron en ocasiones ulteriores, aunque siempre por intermedio de agentes, influencia sobre
                  las Finanzas de nuestro país. Ni uno solo de los hijos de viejo Rothschild establecióse aquí: Amschel
                  quedo en Francfort, Salomón partió a Viena, Na han Mayer a Londres, Charles a Nápoles, y James t
                  a París. En su época fueron ellos los verdaderos "Jefes de Estado" europeos, siendo continuadas
                  sus dinastías por los respectivos descendientes hasta nuestros días.

                  El primer agente hebreo de los Rothschild en los Estados Unidos fue Augusto Belmont, que inmigro
                  en 1827, desempeñando la presidencia del Comité Nacional Democrático al estallar la guerra civil.
                  La familia Belmont habíase convertido al cristianismo, existiendo actualmente en Nueva York una
                  capilla conmemorativa de los Belmont.

                  El poderío de los Rothschild, luego de su unión con muchas otras familias de banqueros, logro tanta
                  importancia que no se le puede caracterizas ya con el apellido de una sola familia, sino que es
                  preciso comprenderlo como la hegemonía de una compacta raza. Se suele hablar en este sentido
                  de una potencia financiera internacional hebrea.

                  Mas ya cayo el misterioso velo que envolvía antes el nombre de los Rothschild. El pueblo denomina
                  muy acertadamente la administración financiera militar con la expresión "dinero de sangre".
                  Numerosos negocios, con los cuales ciertos potentados financieros se convirtieron en verdaderos
                  déspotas de los pueblos, quedaron al descubierto. Mas el método original de los Rothschild, o sea
                  el de unir entre si las casas de banca hebreas de todos los países, se mantuvo firme por
                  considerarlo extraordinariamente conveniente. Se advierten las intimas relaciones existentes entre
                  casas neoyorquinas con sus similares en Francfort, Dresde y Hamburgo, con las de Londres y Paris
                  por la firma de la sociedad, que evidencia una unidad internacional.

                  A esta índole de transacciones financieras internacionales dedican especialmente los hebreos su
                  actividad y merecen su preferencia por "no poseer en absoluto ilusiones nacionales y patrióticas",
                  según dijo cierto autor. Para el financista internacional el alza y baja de la paz y la guerra no
                  significa sino determinada fluctuación en el mercado mundial financiero.







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