Page 130 - El judío internacional
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Es de público conocimiento que la pasada guerra mundial fue postergada varias veces a instancias
                  de financistas internacionales. Si hubiera estallado prematuramente, habrían podido, tal vez,
                  salvarse aquellos pueblos a los que, a toda costa se quería comprometer en ella. Los magnates de
                  las finanzas internacionales debieron calmar reiteradamente el entusiasmo bélico que había
                  desencadenado su propia propaganda. Acaso sea cierto que Rothschild escribió en 1911 una carta
                  al Káiser condenando la guerra, porque en 1991 todavía no era el tiempo. Lo evidente es que en
                  1914 no escribió carta alguna en igual sentido.

                  Es indudable que existen íntimas relaciones entre la alta finanza internacional hebrea y las
                  complicaciones bélicas y revolucionarias. En los asuntos pasados ya se conocen perfectamente
                  estas relaciones; también existen en los actuales. La Coalición antinapoleónica de las Naciones, fue
                  obra judía hallándose su cuartel general en Holanda. Cuando invadió Napoleón este país se traslado
                  a Francfort sobre el Maine. Resulta notable conocer cuantos magnates financieros judíos proceden,
                  precisamente de esta ciudad. Los Rothschild, los Schiff, los Speyer, y varios más son oriundos de la
                  famosa ciudad alemana.

                  Pero estas relaciones internacionales, no tienden únicamente al predominio en el mercado
                  meramente financiero, sino que se adueñan también de determinadas ramas industriales ligadas
                  estrechamente a las operaciones financieras. Lo común es que, una vez logrado el predominio, se
                  anulen brutalmente a los demás interesados. La Enciclopedia Hebrea dice al respecto: "Muy rara
                  vez se ligaron intereses financieros hebreos con intereses industriales, salvo en la industria de
                  metales y piedras preciosas. De tal modo, los Rothschild son los señores de mercado del mercurio;
                  los hermanos Barnato y los Werner, hijos de Guggenheim, del de cobro y hasta cierto punto del de
                  la plata". Podría añadirse aun el "control" que ejerce el judío internacionalmente sobre el
                  aguardiente, la telegrafía sin hilos, los teatros, el periodismo europeo y gran parte del
                  norteamericano, entre otros aspectos mercantiles.

                  Agrega la Enciclopedia Hebrea: "Existió, efectivamente, en cambio, un predominio judío,
                  caracterizado, en el terreno de las Deudas de Estado, a favor de las intimas relaciones
                  internacionales entre las diversas familias israelitas de mayor importancia".

                  Ante las estúpidas negativas del periodismo judío, es preciso hacer constar que eminencias hebreas
                  no niegan las tendencias de su raza por un predominio financiero internacional, pero añaden que
                  dicha tendencia no es ya tan intensa como en el pasado. "En estos últimos años (expresa la
                  Enciclopedia Hebrea) también financistas no-judíos aprendieron nuestros métodos cosmopolitas, y
                  en conjunto, el control en manos judías se aminoro mas que aumento".

                  En lo que se refiere a los Estados Unidos, es evidente que la posición de muchas casas hebreas en
                  Wall Street fue más fuerte que antes de la guerra que hoy. Creo la guerra condiciones que
                  proyectan una nueva luz sobre el internacionalismo financiero hebreo. En el transcurso de la
                  neutralidad norteamericana en la pasada guerra mundial pudo observarse muy bien la extensión de
                  las relaciones extranjeras de determinados personajes, y también el grado a que se llego
                  anteponiendo negocios financieros internacionales a las obligaciones nacionales mas
                  fundamentales. Necesariamente la guerra coloco la totalidad del capital no-judío en un bando,
                  frente a determinados grupos capitalistas hebreos, que apostaron por ambos bandos. El consejo de
                  viejo Rothschild cuando dijo: "No coloques todos tus huevos en un solo canasto" se comprende
                  solo al aplicarlo al proceder hebreo en asuntos nacionales e internacionales. La finanza israelita
                  equipara absolutamente partidos y animosidades políticas, apostando por todos el motivo por el
                  cual no pierde jamás. Por la misma razón, la finanza hebrea tampoco pierde nunca una guerra.
                  Dado que esta interesada siempre en los dos bandos en lucha, no se equivoca jamás en el bando
                  triunfante, y sus condiciones de paz se formulan de modo tal que los desembolsos de sus
                  correligionarios interesados en el bando vencido quedan siempre cubiertos. Este y no otro fue







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