Page 201 - El judío internacional
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Kahn.
Augusto Belmont llegó a los Estados Unidos en 1837, en calidad de representante de la casa
Rothschild. Era su cuna Francfort sobre el Maine; su familia olvidó más tarde su origen hebreo. Se
ocupaba grandemente de asuntos políticos, siendo durante la crítica época de 1870-72, presidente
del comité nacional-democrático. Resultó de suma utilidad para esa Banca, su representación de los
intereses de Rothschild, aunque las transacciones financieras de entonces comparadas con las de
hoy resultaban relativamente insignificantes.
Es Jacob Schiff otro financista Julio con quien nos obsequió Francfort. Terminado su aprendizaje en
el escritorio de su padre, que también fue representante de la casa Rothschild, llegó los Estados
Unidos en 1865, siendo con el tiempo uno de los principales canales por los que afluían capitales
germano-judíos a empresas yanquis. Su actuación proporcionóle puestos en muchas esferas
importantes de la vida comercial norteamericana, preferentemente en ferrocarriles, Bancos,
compañías de seguros y telegráficas. Contrajo enlace con Teresa Loeb, llegando a ser, finalmente,
jefe principal de la casa bancaria Kuhn, Loeb y Cía.
Schiff también se ocupaba de política judía, siendo el, acaso la energía propulsora en la lucha
política, por la cual Congreso y Presidente se vieron obligados en 1911 a romper las relaciones
comerciales con Rusia a raíz de una cuestión meramente política, a la que, astutamente, se dio el
aspecto de intereses norteamericanos. Prestó servicios inestimables al Japón en su guerra contra
Rusia, pero se dice que la astucia nipona le desengaño y le hizo perder una reciprocidad exigida
con demasía.
Consocio de Schiff en la casa de banca de Kuhn, Loeb y Cía., es Otto Kahn, que se relaciona
mundialmente, aún en mayor grado que los dos anteriores, y que se ocupa siempre de misteriosos
asuntos de índole internacional, tal vez a causa de su particular conocimiento de muchos países.
Nació en Alemania, procediendo también de la escuela financiera de Francfort, a donde le ligan
relaciones con la casa de banca judía Speyer. Consta una ciudadanía nacional suya: la británica. El
que sea aún ciudadano alemán, o que sea ya ciudadano norteamericano, no se ha podido
comprobar.
Causó, sin embargo, mayor extrañeza, el que Kahn cambiará de religión, no obstante lo cual los
hebreos no le tratan de apóstata. Llegóse a saber aún que en la misma época en que pretendió
entrar en la casa de Kuhn, Loeb y Cía., alentaba el proyecto de partir a Inglaterra, para presentar
allí su candidatura a diputado.
En París y en los países al oriente de dicha capital, se presentó como portavoz de la aristocracia
financiera norteamericana, lo que no es cierto. Sería, probablemente, portavoz de aquel núcleo que
espera imponer tan hábilmente el plan mundial judío, hasta el punto de llegar a suponer las
naciones europeas que Norteamérica era una poderosa potencia israelita.
Es Paul Warburg el cuarto miembro del grupo de financistas judíos. Nació en Alemania en 1868,
llegando a los Estados Unidos en 1902, nacionalizándose en 1911. Llegó a este país con la
declarada intención de reformar su sistema financiero. Hay dos sistemas fundamentalmente
distintos de hacer dinero: según el uno, se va "haciendo" sin conceder importancia al sistema
empleado. Considera el otro los sistemas como artefactos, susceptibles de perfeccionarse,
cambiarse, o renovarse "a piacere". Warburg, descendiente de una larga línea de banqueros
germano-judíos, pertenece a este último grupo. Explicó el desarrollo de su vida en agosto de 1914
a la Junta Senatorial de Bancas y Cambios, de cuyos relatos se deducen los siguientes detalles:
Son los Warburg una de las familias financieras hebreas cuya importancia no se conocía hasta que
estalló la guerra, y de la que tampoco se hubiera tenido mucha noticia, a no ser que su
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