Page 253 - Libro Orgullo y Prejuicio
P. 253

CAPÍTULO LVII
      No  sin  dificultad  logró  vencer  Elizabeth  la  agitación  que  le  causó  aquella
      extraordinaria  visita.  Estuvo  muchas  horas  sin  poder  pensar  en  otra  cosa.  Al
      parecer,  lady  Catherine  se  había  tomado  la  molestia  de  hacer  el  viaje  desde
      Rosings a Hertfordshire con el único fin de romper su supuesto compromiso con
      Darcy. Aunque lady Catherine era muy capaz de semejante proyecto, Elizabeth
      no alcanzaba a imaginar de dónde había sacado la noticia de dicho compromiso,
      hasta que recordó que el ser él tan amigo de Bingley y ella hermana de Jane,
      podía  haber  dado  origen  a  la  idea,  ya  que  la  boda  de  los  unos  predisponía  a
      suponer  la  de  los  otros.  Elizabeth  había  pensado,  efectivamente,  que  el
      matrimonio de su hermana les acercaría a ella y a Darcy. Por eso mismo debió
      de ser por lo que los Lucas —por cuya correspondencia con los Collins presumía
      Elizabeth que la conjetura había llegado a oídos de lady Catherine— dieron por
      inmediato lo que ella también había creído posible para más adelante.
        Pero al meditar sobre las palabras de lady Catherine, no pudo evitar cierta
      intranquilidad  por  las  consecuencias  que  podía  tener  su  intromisión.  De  lo  que
      dijo acerca de su resolución de impedir el casamiento, dedujo Elizabeth que tenía
      el  propósito  de  interpelar  a  su  sobrino,  y  no  sabía  cómo  tomaría  Darcy  la
      relación de los peligros que entrañaba su unión con ella. Ignoraba hasta dónde
      llegaba el afecto de Darcy por su tía y el caso que hacía de su parecer; pero era
      lógico suponer que tuviese más consideración a Su Señoría de la que tenía ella, y
      estaba segura de que su tía le tocaría el punto flaco al enumerar las desdichas de
      un matrimonio con una persona de familia tan desigual a la suya. Dadas las ideas
      de Darcy sobre ese particular, Elizabeth creía probable que los argumentos que a
      ella le habían parecido tan débiles y ridículos se le antojasen a él llenos de buen
      sentido y sólido razonamiento.
        De  modo  que  si  Darcy  había  vacilado  antes  sobre  lo  que  tenía  que  hacer,
      cosa que a menudo había aparentado, las advertencias e instancias de un deudo
      tan  allegado  disiparían  quizá  todas  sus  dudas  y  le  inclinarían  de  una  vez  para
      siempre a ser todo lo feliz que le permitiese una dignidad inmaculada. En ese
      caso, Darcy no volvería a Hertfordshire. Lady Catherine le vería a su paso por
      Londres,  y  el  joven  rescindiría  su  compromiso  con  Bingley  de  volver  a
      Netherfield.
        « Por lo tanto —se dijo Elizabeth—, si dentro de pocos días Bingley recibe
      una excusa de Darcy para no venir, sabré a qué atenerme. Y entonces tendré
      que  alejar  de  mí  toda  esperanza  y  toda  ilusión  sobre  su  constancia.  Si  se
      conforma con lamentar mi pérdida cuando podía haber obtenido mi amor y mi
      mano, yo también dejaré pronto de lamentar el perderle a él.»
        La  sorpresa  del  resto  de  la  familia  al  saber  quién  había  sido  la  visita  fue
      enorme;  pero  se  lo  explicaron  todo  del  mismo  modo  que  la  señora  Bennet,  y
   248   249   250   251   252   253   254   255   256   257   258