Page 101 - Necronomicon
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"Con lo que mi huésped, poco dispuesto a ser comido, con triste temor desapareció
súbitamente por la puerta, la cual tuvo cuidado de cerrar y barrar tras de sí, dejando que su
capa se moviera por sí misma de un lugar a otro. Así el ladronzuelo roba al hombre de la
toga, y el Príncipe Pin está fuera en su camino, para ver más mundo. Moraleja: no debemos
creer todo lo que oímos". ¿Una cita de uno de los "libros prohibidos" de Lovecraft? De
hecho, es de The Werewolf de Summers (1933). Desafío a cualquiera a desentrañar el
sentido de este pasaje, incluso considerándolo dentro de su contexto."
Summers no era contrario a la "elevación" de ciertos pasajes siempre en su propio e
inimitable estilo, cuando se suponía que estaba traduciendo. Y parece que se mantuvo en
feliz ignorancia de las implicaciones- que estaba estudiando, acentuando, en cambio, los
elementos más misteriosos y macabros. Lovecraft era un hombre de genio veo y compartía
con Summers una cierta aparente calidad de "hombre sin sentido del humor". Desde luego,
en las ficciones de horror no representaban ninguna innovación las referencias a los "libros
prohibidos". Sax Rohmer ya to había hecho en sus misteriosos orientales, refiriéndose a
The Book of Thoth y The Book of the Dead. Y lo mismo Dennis Wheatley con sus
encantamientos procedentes de The Book of Set. Pero en estos casos, los "libros
prohibidos" se empleaban como un autorizado arsenal de referencias de "aquellas ciencias
que ninguna universidad puede enseñar hoy en día" (Rohmer}; para el experto eran como
un "arma" que le proporcionaba una especie de portentoso sentido de "autenticidad". El
Prefacio de Tolkien a su The Lord of the Rings trata de esbozar las "fuentes" en que se basa
la saga, aunque las "fuentes" no juegan ningún papel en la verdadera narración, una fusión
de mitologías atlántides, nórdicas, anglosajonas y wagnerianas, así como una celebración
de la vida contemporánea suburbana. Pero los "libros prohibidos" de Lovecraft tienen,
como ya hemos visto, un propósito diferente; son notas marginales de los sueños, parte del
propio paisaje de estos y no fuentes genuinas alrededor de las cuales se han desarrollado las
leyendas. Tampoco son parte del "prefacio" a un "texto". Representan la erudición del
sueño.
Quizá el mejor modo de asomarse a la relación entre la lectura y el conocimiento de
Lovecraft, sus sueños y sus relatos, sea el estudio del único intento que hizo de convertir la
experiencia de otra persona en un Cuento Sobrenatural. Esto sucedió en 1924, cuando se
pidió a Lovecraft que escribiese, a nombre de otro, una narración sobre las experiencias de
Houdini en su viaje a las Pirámides. Houdini había contado al editor de Weird Tales un
relato acerca de cómo había sido conducido a un antiguo templo subterráneo de Gizeh por
dos guías árabes que le dejaron allí para que saliera "del mejor modo que pudiese". El
editor pensó que con este tema podía hacerse un relato de éxito, y propuso a Lovecraft que
"lo pusiera en forma de narración vívida". Resultó ser el mayor éxito comercial que
Lovecraft había alcanzado hasta entonces, por la que le fue ofrecida la dirección de Weird
Tales. La atmósfera del relato, que parece recogido de Brood of the Witch Queen de Sax
Rohmer, un libro que admiraba (más tarde adoptó el título y lo empleó en diversos Relatos
Cthulhu) y de lo que encontró en la guía Baedeker de Egipto y del Sudán. El resto lo fue
imaginando a medida que iba escribiendo. La escapología casi no aparece. "Lo que vi o creí
que veía", empieza, "ciertamente no ocurrió: pero es mejor contemplarlo como un resultado
de mis entonces recientes lecturas sobre egiptología y de las especulaciones sobre este
tema, inspiradas de forma natural por el ambiente". La escena preparatoria (la llegada de
Houdini a El Cairo) tenía la finalidad de crear una serie de "estímulos imaginativos": el
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