Page 102 - Necronomicon
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"prosaico metro" se compara con la "atmósfera de las noches árabes" de la calle; en El
Cairo, "la Bagdad de Harum-al Rashid parecía vivir de nuevo"; guiado por nuestros
"Baedekers", el grupo prosigue por "la antigua El Cairo, que es por sí misma un libro de
historia y un sueño-laberinto de estrechos callejones impregnados de aromáticos secretos..."
(sigue una larga frase, con otros quince adjetivos parecidos a estos); en la distancia, "el
críptico Nilo amarillo" y "las amenazadoras arenas del Desierto Líbico, ondulante,
iridiscente y maligno, cargado de viejos arcanos". Y después, la primera visión de la
Esfinge: "la sonrisa de la Esfinge nos incomodó vagamente, e hizo que nos preguntáramos
sobre las leyendas de pasajes subterráneos bajo la monstruosa criatura, pasajes que
descienden hasta profundidades que nadie podría imaginar relacionadas con misterios más
antiguos que las dinastías egipcias que hemos excavado, y siniestramente emparentados con
la persistencia de los anormales dioses con cabeza de animal en el antiguo panteón
mitológico. Entonces, me planteé a mí mismo una ociosa pregunta cuyo espantoso
significado no se pondría en evidencia hasta una hora después". (La pregunta, que tiene su
respuesta durante el horripilante clímax de la narración, es: "¿qué enorme y repugnante
anormalidad se intentaba representar al tallar la Esfinge?"). Después siguen tres páginas
describiendo las Pirámides y algunas de las leyendas asociadas a ellas; tres de las líneas son
citas de Thomas Moore (Imprisoned With The Pharaons también debe algo a The
Epicurean); luego, un indicio de las crecientes sospechas de Houdini: "Pensé cuánto se
parecía mi guía de voz hueca a un antiguo sacerdote egipcio, a un Faraón o a la sonriente
Esfinge... y esto me asombró". La parte central de la narración trata del descenso de
Houdini al interior de la Pirámide, y las alucinaciones que experimenta mientras está
"sumergiéndose jadeante en absorbentes abismos de nauseabundo, voraz y profundo
vacío... ". "Detrás de todo ello, yo veía la inefable malignidad de la nigromancia primordial,
negra y amorfa". "¡Dios mío! Si por lo menos no hubiese leído tanta egiptología entes de
venir a esta tierra donde tiene su fundamento toda la oscuridad y todo el terror". "Quizá las
leyendas más lascivas, las que más hielan la sangre, son las relacionadas con ciertos
inmundos productos obra de un decadente clericalismo: momias compuestas hechas
mediante la unión artificial de troncos y miembros humanos con cabezas de animales a
imitación de los Dioses Mayores". Y así, pasa a la parte final de la historia... En el clímax,
el espantoso monstruo de cinco cabezas se introduce a sí mismo en la narración con "un
demoníaco y ululante gorgoteo de cadáver, con un repiqueteo de muerte". Entonces,
Houdini descubre lo que se había querido representar al tallar la Esfinge, de la que el
monstruo de cinco cabezas es sólo su garra delantera.
Los lapsos ocasionales indican la inexperiencia de Lovecraft en este tipo de escritura. Así,
hacia la mitad del relato, hace mención de "un recuerdo de espanto total como nunca
encontré otro parecido en mi vida, excepto una cosa que sobrevino después"; para explicar
porque Houdini parece desvanecerse en varias ocasiones tiene que utilizar la sátira "la
sucesión de aquellos lapsos no me recordaba otra cosa que los vulgares melodramas
cinematográficos de la época". E incluso, dada la tendencia de Lovecraft a la hipérbole, la
escritura en bastardilla de Los Hipopótamos no deberían tener cabezas humanas y llevar
antorchas... va más allá de lo debido. Con todo, Imprisoned With the Pharaons es
fascinante, y tanto a Weird Tales como a Houdini les complació mucho. Es una obra
interesante, no sólo por la técnica novelística que Lovecraft emplea, sino también por el uso
que hace del "auténtico detalle". Ya en los primeros capítulos, los lectores podían compartir
las impresiones de Houdini sobre El Cairo (quizá recordando sus propios libros de infancia)
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