Page 99 - Necronomicon
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impresión que un hombre tiene de hechos aparentemente aleatorios a los que no está ligado
por una auténtica relación. Los narradores de Lovecraft son solitarios; por obvias razones,
se ven envueltos en relaciones humanas. Lovecraft tuvo mucho cuidado en crear su
impresión de autenticidad: se refiere a entrevistas, fotografías, grabaciones fonográficas y
mensajes por radio. En este aspecto, sus narraciones recuerdan los más tradicionales relatos
de horror (como Drácula), que se decía estaban basados en diarios, artículos periodísticos y
grabaciones. También prefiguran el famoso programa de radio de Orson Wells sobre el
aterrizaje de marcianos en New, Jersey (The War of the Worlds, 1938). Wells empleó el
reportaje en vivo, entrevistas con un astrónomo de Princeton, mensajes de radio y
emisiones oficiales. El reportaje radiofónico del aterrizaje lo basó en la crónica de un
corresponsal de la CBS que intentó cubrir el entonces reciente desastre aéreo del
Hindenburg y hacerlo sin vomitar sobre el micrófono. Las mejores narraciones de
Lovecraft están construidas de forma similar: en The Whisperer in Darkness, se valió del
recién descubierto planeta Plutón como excusa para añadir el planeta Yuggoth a su propia
mitología. Pero en su caso, los intentos de sugerir autenticidad están superpuestos a una
posición completamente ficticia como la de las "referencias eruditas". Los elaborados
nombres que Lovecraft empleaba, cuando no eran tomados de Bierce, Dunsany o
Chambers, a menudo presentaban un curioso medio de establecer y desarrollar relaciones
con otros escritores del género a los que Lovecraft admiraba.
Algo parecido ocurría con el uso de la imagen del "anticuario-erudito" en su
correspondencia. El "espantoso Tsathoggua" apareció por primera vez en la obra de Clark
Ashton Smith. Lovecraft se refiere a esta "criatura de Dios, amorfa y parecida a un sapo" y
la asocia con "Klarkash Ton el Sumo Sacerdote atlante". Uno de sus "libros prohibidos" es
"Cultes des Goules del Conde D’Erlette", una referencia a su amigo August Derleth. Robert
Bloch, un joven miembro del "Círculo" decidió en 1935 escribir un "pastiche" de una
narración de Lovecraft (The Shambler from Stars) en la que el "místico soñador de Nueva
Inglaterra" llega a un final comprometido entre los dientes de una cosa vampírica, después
de echar una ojeada al temido Necronomicon ("las ratas habían roído el cuero, las ratas que
quizá comían cadáveres como manjar habitual"). Lovecraft devolvió el cumplido matando a
"Robert Blake" en The Haunter of the Dark, su último relato Cthulhu. Robert Bloch
también escribió: "los grotescos Ritos Negros del místico Luveh-Keraphf".
Parece ser que las chanzas de este tipo atrajeron mucho a Lovecraft, y sus cartas están
llenas de ellas. Tanto estas chanzas como su imagen de "anticuario", eran estratagemas que
adoptaba para someterse a uno de sus mundos. Los intentos para demostrar autenticidad, así
como la estructura interna de las referencias a la erudición hacían que sus relatos resultaran
más atractivos y, a la vez, más accesibles a los pocos amigos que tenía. Quizá el ejemplo
más notable de la "erudición" de Lovecraft es el uso que hacía de los "libros prohibidos" .
Libros que proporcionaban enigmáticas claves al Universo de los Dioses Mayores; libros
cuya posesión o apertura hacían al lector especialmente susceptible; libros con gran poder
de sugestión para la mente humana; libros cuyas ilustraciones obsesionaban y, finalmente,
vampirizan al lector hasta que sus manos quedan teñidas en su propia sangre. Ya hemos
visto que Lovecraft no era un erudito. Pero las notas marginales sobre sus sueños le tendían
un puente hasta un mundo reconocible con el que Lovecraft insistía en estar ligado. En gran
parte autodidacta, sus relatos de los Mitos tenían invariablemente un marco universitario.
Su Supernatural Horror in Literature revela hasta qué punto Lovecraft estaba impresionado
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