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tuvo mucha trascendencia, salvo en Chicago (nos dice Jim Dawson en su libro “Rock Around The Clock”).
Pero la segunda grabación (con “Daddy” en vez de “Man”), a pesar de ser Trixie mucho mayor en 1938,
es algo nuevo. No sólo marca el ritmo del rock and roll (aunque lento) sino que añade la síncopa y los
“ponches” más un modo de cantar ajustado a ello. Hay una sección donde el piano marca unos bloques
rítmicos que el oyente experto identifica con el rock de los 50s. Imagine una guitarra eléctrica y una
batería moderna tras ella y no le quedarán dudas. ¿Por qué ese cambio de una grabación a otra? La
respuesta es sencilla: Estados Unidos es ahora Rumbaland y la síncopa reina. El curso de la música ha
cambiado, como expresó Storm Roberts. Son tiempos de boogie woogie y “jump blues” y otros
cantantes han puestos señales en el camino. En 1934 las Boswell Sisters han grabado la primera canción
con el título de “Rock And Roll” pero es en una película sobre un “transatlántico”, de modo que vuelve al
sentido antiguo y la música es en realidad un swing suave. Sin embargo, en 1937 Ella Fitzgerald graba
“Rock It For Me” con Chick Webb, y en 1938 Jimmie Lunceford lo reproduce con mayor intensidad (en
mi opinión) acercándolo al que conocemos. Es que el “swing”, que así se clasificaba a estos números, ya
tiene la síncopa del rock, con un tresillo en el primer tiempo y otro en el segundo que comienza y
termina con silencios o con un tiempo de transición al final. Y en 1938 ha ocurrido un hecho en New
York que, al fin, desata la supremacía del boogie.
El productor John Hammond era un hombre especial. Proveniente de una familia adinerada, los
Vandervilt por línea materna, había desarrollado desde su niñez un gusto por la música negra americana
que se unía a su sincera adhesión a las ideas de igualdad de derechos para todas las razas. Cuñado de
Benny Goodman, había presionado a éste para que incluyera a músicos negros en su orquesta,
principalmente a Billie Holiday, Lionel Hampton y el guitarrista Charlie Christian. Sus búsquedas por
clubes y lugares de Harlem le dan conexiones con varios músicos a los que ayudó durante los años duros
de la crisis, entre ellos Fletcher Henderson. En estos andares, encuentra a dos músicos provenientes de
Kansas City, Joe Turner (cantante) y Pete Johnson (pianista) que interpretaban el boogie woogie con una
energía no vista en New York. No es de sorprenderse que su primera presentación en varios lugares de
la ciudad haya sido con la orquesta de Benny Goodman. Pero, en palabras del propio Turner, “New York
no estaba lista todavía para nosotros” (contado por Doc Pomus en su biografía de Big Joe Turner,
Rockhall.com). En las altas esferas, no sólo Willie The Lion y Fats Waller estaban contra el boogie, varios
músicos intentaban hacer del jazz una forma clásica al estilo de Gershwin y el boogie woogie aparecía
como la oveja negra del sincopado. Debe agregarse que la letra en las canciones de Turner era “risqué”.
Hammond contactó a Turner y Pete, que tocaban en el “Café Society” en 1938 y trajo refuerzos de
Chicago que incluían al, para algunos, padre del boogie woogie, Meade Lux Lewis, y a su amigo de la
niñez, el pianista Albert Ammons. En el elenco figuraban otros músicos importantes, siendo la presencia
de Count Basie y su orquesta una garantía ante el público newyorkino. Hammonds produjo un concierto
histórico el 23 de diciembre de 1938 en el Carnegie Hall que se tituló “From Spirituals To Swing”. El éxito
fue tal que se acordó y celebró un segundo concierto en diciembre 24 del año siguiente y a partir de
entonces la ciudad se rindió al boogie woogie. El “Café Society” se convirtió en el centro de esta fiebre,
de modo tal que los conciertos de 1941 y 1943 se denominaron “Café Society Concert”. “Roll ‘Em Pete”,
uno de los números interpretados por Turner y Johnson es otro de los candidatos a primer rock and roll,
según algunos. La versión de Pete Johnson y Albert Ammons para dos pianos, sin duda, es una
fenomenal interpretación y contiene toda la esencia del piano en el rock, pero la vemos como un
componente de la evolución. Ellos abrieron la serie de 1941 con esta pieza y siguieron con otros dos
boogie. Lewis tiene su nombre inscrito en la historia temprana del boogie woogie. Desde 1927 tenía
grabado “Honky Tonk Train”, luego regrabado en 1935 y 1937, y citado como uno de los primeros
números influyentes en el nacimiento del género. Véase como el uso de las denominaciones se cruza.
A medida que se perfeccionan estos ritmos, ya al final de la década del 30 y comienzos de los 40s,
encontramos mayor similitud, y en 1940 y 1941 escuchamos números que pueden clasificarse como
rock and rolls. Eso es lo que hizo la revista Billboard desde 1942 (según Morgan Wright, referido a
números como “Rock Me”, interpretado por Sister Rosetta Tharpe, también presente en los conciertos
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