Page 132 - Auge y caída del antiguo Egipto
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de sus fundadores). De manera extraordinaria, se han conservado archivos de
documentos de papiro de dos templos funerarios de Abusir, los pertenecientes a
las pirámides de Neferirkara y Neferefra, que nos proporcionan una información
incomparable sobre el funcionamiento cotidiano de un culto funerario real en el
Imperio Antiguo. Los textos revelan un sistema obsesionado por la contabilidad,
pero también una mentalidad más preocupada por los procedimientos y
protocolos que por las normas. El personal del templo de Neferirkara servía en
turnos rotatorios de un mes, y al comienzo de cada período de treinta días se
exigía que los miembros del personal que entraban de turno realizaran una
minuciosa inspección del templo y de su contenido. Se examinaba el propio
edificio en busca de posibles daños y se comprobaba cada mueble o pieza del
menaje cotejándolo con un detallado inventario, ordenado sistemáticamente por
materiales, formas y tamaños. Una hoja de papiro enumera artículos hechos de
piedra y sílex. Bajo el apartado «piedra cristalina», subapartado «cuencos» y
categoría «blancos», uno de los inspectores anota «diversas reparaciones en el
borde y la base, y en los lados». Se deja constancia de que a un filo de sílex «le
faltan trocitos, que se han caído», al tiempo que hay una pequeña mesa de
ofrendas de plata que ha sido encontrada en un estado no menos lamentable:
«muy agrietada; junturas sueltas; corroída». El hecho de que estas inspecciones
se realizaran justo cincuenta años después de la muerte de Neferirkara, revela
con qué rapidez se podían dañar las piezas del templo. Por lo visto, realizar la
inspección y el registro regularmente era más importante que cuidar de verdad
los artículos en cuestión. La forma antes que el fondo, la impresión antes que la
acción; fenómenos demasiado comunes en las sociedades anquilosadas por la
burocracia.
Las entregas de productos alimentarios y de otros suministros eran asimismo
meticulosamente registradas, pero también aquí había fallos sistemáticos que ni
siquiera el sistema de registros más diligente podía ocultar. Entre las mercancías
que debían salir todos los días del templo solar de Neferirkara había catorce
entregas de pan especial. En un determinado año, el primer día del mes no llegó