Page 140 - Auge y caída del antiguo Egipto
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autobiografía, Ueni se jactaría, de manera bastante superficial, de que «Su
Majestad me envió a dirigir su ejército en cinco ocasiones, a aplastar la tierra de
los habitantes de la arena cada vez que se rebelaban». 5
ECLIPSE
El uso de mercenarios de Nubia para reforzar un ejército de reclutas mostraba un
renovado interés por parte de los gobernantes de Egipto en las tierras situadas al
sur de la primera catarata. Y, por una vez, el interés egipcio no se limitaba a la
mera explotación de los recursos humanos y minerales de Nubia. A lo largo de la
parte alta del Nilo estaban empezando a surgir nuevas potencias; potencias que,
si no se les ponía freno, podían llegar a suponer un obstáculo en las rutas
comerciales con el África subsahariana y amenazar los intereses económicos de
Egipto. El gobierno egipcio respondió a este riesgo creciente con toda una serie
de iniciativas. En el distante oasis de Dajla —un punto clave en la ruta del
desierto entre Egipto y Nubia— se estableció un puesto fortificado de la
administración central. A la ciudad de Ain Asil se la dotó de gruesas murallas
defensivas y de una guarnición de soldados al mando del comandante del oasis.
Como parte de esta misma infraestructura militar, todas las principales rutas de
entrada y salida del oasis pasaron a estar vigiladas por una red de puestos de
guardia. Situados en cerros, dotados de medios para enviarse señales a distancia
unos a otros y abastecidos directamente por el valle del Nilo, los puestos de
guardia permitían al personal de seguridad egipcio vigilar estrechamente todos
los movimientos de personas y mercancías que se realizaban en la zona. Por tales
medios, Egipto podía a la vez salvaguardar sus cruciales rutas comerciales y
ayudar a prevenir las posibles infiltraciones de nubios hostiles.
Bajo el reinado del sucesor de Pepy I, Merenra, Ueni fue nombrado
gobernador del Alto Egipto, siendo el primer plebeyo que accedía a este puesto,
de gran importancia estratégica. Ueni se convirtió en los ojos y oídos del rey en