Page 171 - Auge y caída del antiguo Egipto
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controlaban  las  rutas  del  desierto.  El  propio  rey  se  dirigió  a  sus  tropas
               victoriosas,  instándolas  a  perseguir  a  los  «agitadores»,  y  luego  pasó  a

               anexionarse los oasis de la Baja Nubia. Una guarnición apostada en la fortaleza

               de  Abu  proporcionó  a  Mentuhotep  la  plataforma  que  le  permitiría  lanzar  las
               campañas contra Uauat, mientras que las expediciones en el Desierto Occidental

               resultaron  sumamente  eficaces  a  la  hora  de  romper  las  potenciales  líneas  de

               abastecimiento enemigas y de acabar con cualquier resistencia persistente.

                  Con  las  fronteras  exteriores  aseguradas,  el  rey  podía  pasar  a  centrar  su
               atención en los asuntos de gobierno del interior. La ciudad de Tebas, situada en

               la orilla oriental del Nilo, en un punto donde convergían las rutas terrestres que

               atravesaban  los  desiertos  Oriental  y  Occidental,  había  alcanzado  un  lugar
               prominente  hacia  el  final  del  Imperio  Antiguo.  Dotada  de  unas  vías  de

               comunicación excelentes, constituía la capital natural de todo el Alto Egipto. El

               papel  de  su  primera  familia  en  la  reciente  guerra  civil  no  había  hecho  sino

               fortalecer  su  derecho  a  un  estatus  preeminente.  La  ciudad  en  sí  era  todavía
               bastante  pequeña  y  estaba  rodeada  de  una  gruesa  muralla  de  adobe.  Las

               abarrotadas  calles,  llenas  de  tiendas,  graneros,  oficinas  y  talleres,  se  apiñaban

               formando una cuadrícula en torno al pequeño templo de Amón-Ra en Ipetsut (la
               actual  Karnak).  Como  cualquier  capital  de  provincia,  Tebas  contaba  con  su

               propia administración local. El máximo responsable era el alcalde, ayudado por

               funcionarios que tenían la responsabilidad de tareas de gobierno tan esenciales
               como  el  registro  de  tierras,  los planes de regadío y de  protección frente a las

               inundaciones, y los impuestos. Dado que se trataba de un centro comercial de

               cierta importancia, los muelles de la orilla del río estaban atestados de barcos
               mercantes descargando sus productos, que eran adquiridos tanto por agentes del

               gobierno  como  por  clientes  privados.  Ceramistas,  carpinteros,  tejedores  y

               curtidores,  carniceros,  panaderos  y  cerveceros:  las  callejuelas  de  Tebas  se

               llenaban  con  los  colores,  los  sonidos  y  los  olores  propios  de  las  actividades
               artesanales y alimentarias (de manera muy similar a las callejuelas de cualquier

               población  egipcia  actual).  La  mayoría  de  los  habitantes  eran  campesinos  que
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