Page 175 - Auge y caída del antiguo Egipto
P. 175
Sobeknajt y Sehetepibsobek, que sugieren un origen alejado de Tebas y cercano
a los centros de culto del dios cocodrilo Sobek, en el norte. Dado que se les
concedió el raro honor de una tumba de guerra ceremonial, parece probable que
estos soldados caídos participaran en la batalla decisiva de la guerra civil, el
asalto final a la propia Heracleópolis. Es posible que algunos de ellos fueran
habitantes de la zona que, pese a serlo, apoyaran al ejército tebano frente a sus
propios gobernantes, lo que les habría hecho dignos de especiales honores.
Para el rey Mentuhotep, conquistador de los heracleopolitanos y reunificador
de Egipto, erigir un monumento a los caídos cerca de su propia tumba fue un
acto propagandístico brillantemente calculado. Serviría como poderoso
recordatorio a sus contemporáneos, y a la posteridad, de los sacrificios que había
hecho Tebas en el conflicto. Haría que Mentuhotep fuera recordado para siempre
como un gran líder guerrero. Y, en lo que sería un anticipo de la forma de
gobierno de sus sucesores, cimentaría el mito del rey y de sus «hermanos de
sangre» como los defensores de la nación.
Con todo, aquella tumba de guerra presagiaba también otra cosa: en el
«mundo feliz» del Imperio Medio, una muerte gloriosa sería, para muchos, un
sustituto de las alegrías de la vida.