Page 189 - Auge y caída del antiguo Egipto
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función de ultratumba. En las casas egipcias se empleaban habitualmente varas
               de marfil que llevaban grabadas imágenes de demonios y deidades protectoras

               para  crear  una  «zona  protegida»  en  torno  a  las  mujeres  en  el  parto,  a  fin  de

               ahuyentar  a  los  espíritus  malignos  que  podían  dañar  a  la  madre  o  al  recién
               nacido. Para el modo de pensar de los egipcios, parecía completamente natural

               enterrar un objeto así en la tumba; el renacido era exactamente tan vulnerable

               como el recién nacido, y necesitaba la misma protección. De manera similar, las

               estatuillas  de  fertilidad,  utilizadas  en  el  entorno  doméstico  para  propiciar  un
               buen parto y una buena crianza de los hijos, encontraban un papel equivalente en

               el contexto funerario, ayudando al renacimiento y a la regeneración.

                  Sin  embargo,  había  otros  tipos  de  objetos  mágicos  que  se  fabricaban
               específicamente para la tumba. Dado que carecen de equivalentes conocidos en

               la vida cotidiana, a menudo desafían cualquier explicación fácil sobre su posible

               utilidad. Dos de los más característicos —y enigmáticos— son unas pequeñas

               figurillas de erizos e hipopótamos hechas de fayenza, un material cerámico de
               acabado exterior vítreo de color azul. Dado que carecen de inscripciones y de

               textos  que  las  acompañen,  resulta  imposible  deducir  su  simbolismo  original,

               aunque  pueden  proponerse  varias  teorías  distintas  al  respecto.  Ello  está  en
               perfecta sintonía con la compleja naturaleza de la teología del antiguo Egipto,

               donde  se  creía  que  el  hecho  de  dar  múltiples  explicaciones  a  un  mismo

               fenómeno, por más que fueran aparentemente contradictorias, aumentaba el peso
               de la evidencia en su favor y le confería una grandiosidad añadida. Se sabía que

               los erizos construyen su madriguera bajo tierra, y, por lo tanto, es posible que se

               los  considerara  intermediarios  entre  la  tierra  de  los  vivos  y  el  inframundo,  es
               decir, compañeros ideales para el viaje de ultratumba. Asimismo, los erizos se

               encogen formando una bola cuando se ven amenazados, adoptando así la forma

               del disco solar. Es posible que se creyera que ofrecían al difunto una protección

               simbólica y una relación más estrecha con el dios solar. Quizá, como moradores
               de  los  márgenes  semiáridos  del  desierto,  los  erizos  y  otras  criaturas  similares

               (también las figurillas de jerbos eran muy populares) simbolizaban el triunfo de
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