Page 211 - Auge y caída del antiguo Egipto
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de la política egipcia a mediados de la XII Dinastía. Un bloque de piedra de
Menfis contiene extractos de los anales de Amenemhat II (1876-1842), un
detallado diario de las actividades de la corte real durante los primeros años de
reinado del monarca. Además de las esperadas festividades religiosas y de las
consagraciones de nuevas estatuas de culto, las entradas más sorprendentes son
las que registran expediciones de naturaleza militar en territorios distantes. Una
de ellas reza: «Se envía una expedición junto con el supervisor de las tropas de
infantería para atacar Asia», una incursión que reportó un rico botín de plata,
oro, ganado y esclavos asiáticos. Otra campaña realizada en el Líbano vino a
añadir un botín similar al erario real, junto con valiosas maderas de conífera y
aceites aromáticos. Sin embargo, quizá resulte todavía más intrigante la entrada
que registra el regreso de las tropas de infantería «tras haber atacado Iua y Iasy,
territorios que pagaron un tributo en bronce y malaquita además de madera y
esclavos. El nombre de Iua, por lo demás desconocido, podría ser una grafía
egipcia de Ura, un lugar de la costa sudoriental de Turquía; de ser así, esta
expedición de la XII Dinastía representaría la única ocasión conocida en la que
un ejército egipcio realizó una incursión en Asia Menor. Lo de Iasy resulta aún
más llamativo: el hecho de que proporcionara dos materiales basados en el cobre
(bronce y malaquita), junto con la grafía del propio topónimo, parece llevar a la
conclusión de que Iasy es probablemente Chipre. Evidentemente, pues, bajo el
reinado de Amenemhat II Egipto fue un importante actor en la política de fuerza
del Mediterráneo oriental, nada menos que 350 años antes de que se estableciera
oficialmente un imperio egipcio en Oriente Próximo.
Según los anales, el cargamento humano traído de vuelta de aquellas
aventuras extranjeras ascendía a miles de esclavos. Su reasentamiento forzoso en
el valle del Nilo, para trabajar en las propiedades de la corona y tomar parte en
proyectos de construcción pública, vino a cambiar profundamente el equilibrio
étnico de la población egipcia, con imprevisibles consecuencias a largo plazo.
Una significativa proporción de los desplazados asiáticos acabaron construyendo
y trabajando en la ciudad de Kahun, fundada por el sucesor de Amenemhat II